Crónica: 21M. Marchas de la Dignidad. por Red Roja

El pasado sábado pudimos comprobar la necesidad y urgencia de la Dignidad. Millar tras millar de personas tomaron Madrid exigiendo Pan, Trabajo y Techo, y además, la reivindicación que puede hacer posible las anteriores : NO AL PAGO DE LA DEUDA. Vivimos un momento de crisis en el que los banqueros, los grandes empresarios y sus esbirros en el Congreso no tienen margen alguno de maniobra para dejar de exprimirnos, por lo que la simple lucha contra la crisis tiene proyección revolucionaria. Pero no es suficiente con movilizarse... es necesario organizarse.
La revolución, es decir, la Dignidad, no llegará sola; no puede hacerlo. Es responsabilidad nuestra que se haga real. No hay alternativa posible sin que el pueblo trabajador se organice en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo y de estudio. Esta necesidad se pudo comprobar -y algunas la comprobaron en sus propias carnes- en la ya acostumbrada violencia policial que no coge, o no debería coger, a nadie por sorpresa. Nuestras luchas están dispersas, son débiles, vulnerables ante la represión estatal. Sólo si están unidas y coordinadas tendremos la posibilidad de hacer frente a la barbarie que sufrimos, y que no hará más que recrudecerse.

Esto es sólo una necesidad del Estado español. Los países del
sur del Europa comparten nuestro enemigo común: la dictadura de la UE y el aplastante pago de esta Deuda odiosa. Unir nuestras luchas para golpear conjuntamente es también una necesidad percibida por muchos, como refleja -al igual que lo reflejan otras muchas cosas- la difusión internacional que ha tenido el comunicado de Red Roja “Que el pueblo gobierne: ahí está la Dignidad”, cortesía del colectivo brasileño Vila Vudu (http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=14428) y del compañero John Catalinotto de International Workers' World (http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=14427).

La lucha, unida, planificada, revolucionaria, es lo único que nos permitirá reivindicar la única Dignidad posible: el pueblo debe gobernar.
 
 

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