En memoria de las "brujas de la noche" Natalia Meklin, Vera Belik y Polina Gelman (1).
1.- Declaración de honestidad
Lo primero es hacer una declaración de honestidad: hasta
quien se considere el más objetivo especialista está prisionero de sus
experiencias, de los valores dominantes de su
sociedad, de las
tradiciones, de los estereotipos de su entorno (los europeos tendemos a
aportar a todo una visión eurocéntrica, casi me atrevería a decir
etnocéntrica). Cualquier teórico y/o académico que se aproxima a las
relaciones internacionales lo hace desde la perspectiva de su ámbito
cultural, nacional o ideológico y establece una elaboración teórica
según esos valores. Por lo tanto, nadie es independiente; el teórico y/o
académico se puede aproximar más o menos a la objetividad, pero nunca a
la independencia.
Establecido este preámbulo, hay que situar en este marco
conceptual todo lo que se ha escrito y dicho sobre el derribo del
avión malasio en el Donbáss ucraniano. Yendo más allá, todo lo que se
ha escrito y dicho sobre el conflicto ucraniano. Si partimos de la base
de que el actual gobierno de Kiev es legítimo -como hace la UE y EEUU-
todo lo que salga de aquí se da como bueno y veraz: Rusia y los
antifascistas son los malos, no hay nazis en el gobierno de Kiev y que
como tanto los residentes en el Donbáss –simples marionetas del
imperialismo ruso- son tan desalmados que no les importa lo más mínimo
derribar aviones civiles por lo que hay que combatirles en defensa de la
libertad y de la democracia. Pero si se considera que el gobierno de
Kiev no es más que una junta filonazi -amparada y arropada por la UE y
EEUU- hay que poner en cuestión todas y cada una de las declaraciones
que hacen respecto al conflicto ucraniano y a quién ha derribado el
avión. Desde luego, quien escribe se sitúa en esta segunda posición.
Una junta que oculta el número real de bajas que está
sufriendo desde que inició la guerra de limpieza étnica contra el
Donbáss –o Novorossía, Nueva Rusia- (2), pero que reconoce en un
documento interno que recoge la semana del 9 al 15 de julio que el
número de bajas llegó a las 6.323 (1.600 muertos y 4.723 heridos), un
documento que aparece firmado por Arsen Avakok, Ministro del Interior, y
por Vasili Gritsak, el general al mando de la “Operación
Antiterrorista” lanzada contra Novorossía (3), y que no tiene ningún
empacho en amenazar a las familias de los reclutas o reprimir sus
manifestaciones de rechazo a un reclutamiento que en muchos casos se ha
hecho bajo engaño (4) no es nada de fiar aunque se haya aprestado a
publicar supuestas conversaciones de milicianos en las que se
reconocería el derribo del avión (5).
2.- Algunos antecedentes
El derribo del aparato malasio a quien perjudica es a
los antifascistas del Donbáss que habían logrado no sólo resistir la
ofensiva militar impulsada por la junta filonazi, sino que lo habían
hecho con algo inédito: rodear sectores enteros del Ejército y de la
Guardia Nacional -integrada por nazis financiados y equipados por el
oligarca Igor Kolomoysky- en el sur de Donetsk, muy cerca de donde se
estrelló el avión. El presidente ucraniano había prometido “una
espectacular sorpresa” –su famoso “Plan B”- a los antifascistas tras la
ruptura de la tregua de una semana y que fue aprovechada por la junta
de Kiev para reubicar a sus tropas en una maniobra envolvente que
tendría como finalidad tomar las ciudades de Luganks y Donetsk, pero la
sorpresa fue suya como indica el documento secreto reflejado más arriba
(y que a nadie le quepa duda que ha sido filtrado por agentes
verdaderamente patrióticos ucranianos que se niegan a continuar con la
sangrienta operación nazi).
El plan de Poroshenko era mantener a las fuerzas de la
resistencia centradas en la defensa de Slavianks y de Kramatorks dejando
así desguarnecido el sur y privar a Novorossía de sus líneas de
abastecimiento a lo largo de la frontera con Rusia. Al mismo tiempo, y
hay quien dice que contando con la mediación rusa, se habían establecido
conversaciones secretas entre la junta de Kiev y determinadas
autoridades de Donetsk para entregar la ciudad y luego hacer lo mismo
con Luganks. En estas conversaciones estaban implicados oligarcas como
Rinat Akmetov, el alcalde de Luganks, Alexander Lukianenko, y el jefe
del servicio de seguridad de Novorossía, Alexander Kodakovsky, quien
también está al mando del Batallón “Vostok”, compuesto en su casi
totalidad por voluntarios internacionalistas de Chechenia y Osetia del
Norte. No está claro el papel que en estas conversaciones para rendir
Novorossía tuvo el presidente del Parlamento de la República Popular de
Donetsk, Denis Pushilin.
Estas conversaciones con la junta de Kiev eran
consecuencia de la cada vez más agudizada lucha de clases en el Donbáss,
donde el empuje político y militar de los partidarios de la
nacionalización de todos los bienes de los oligarcas (empezando por los
de Akmetov) y de la junta de Kiev era mayor y estaba obligando a las
autoridades a asumir estos compromisos en el proyecto de nueva
Constitución de Novorossía. En estas conversaciones tuvo también un
papel no menor un conocido intelectual ruso, Sergei Kurginian, miembro
del partido de Putin, Rusia Unida, pero representante de su ala más
derechista. Es en este contexto en el que hay que situar las dos
apelaciones que hizo el principal jefe de la milicia, Igor Strelkov,
tanto a la incorporación de nuevos miembros como a una mayor dotación de
armas para hacer frente a la ofensiva del Ejército de Kiev y de sus
nazis de la Guardia Nacional.
Ante la callada por respuesta de las autoridades de
Novorossía, conscientes del papel cada vez mayor de Strelkov y sus
hombres al haber logrado mantener a raya a las fuerzas de Kiev durante
más de tres meses en Slavianks, este hizo un movimiento inesperado por
todos: retirarse de Slavianks. En las páginas de la resistencia
antifascista se habían publicado vídeos y cartas de los combatientes de
Slavianks despidiéndose de sus seres queridos puesto que anunciaban su
disposición a resistir en la ciudad el asalto final de Kiev. Pero la
inesperada retirada estratégica de Strelkov de Slavianks, realizada de
forma impecable y con mínimas pérdidas, rompió todo el entramado
conspiratorio. Lukianenko está hoy en Kiev, Kodakovsky dimitió de su
cargo, aunque mantiene el mando del Batallón “Vostov”, y Pushilin
también ha dimitido como presidente del Parlamento de Donetsk “por
razones personales”.
Se deshacía así el famoso “Plan B” de Poroshenko, a
nivel político y militar puesto que Strelkov logró unificar el mando de
todas las milicias. Se reforzó todo el entramado político-militar de
Novorossía y bien sea por iniciativa de Moscú (el sector más
“euroasiático” del Kremlin) o por la propia acción de los antifascistas,
lo cierto es que se había llegado a una situación en la que tanto en
el ámbito militar como en el político la iniciativa estaba a cargo de
los antifascistas. Por eso el derribo del avión es lo último que
necesitaban.
Lógicamente, ni Kiev ni Washington aceptaban una
derrota, ni política ni militar, por lo que actuaron al tiempo: la
primera, iniciando una ofensiva contra la población civil al mejor
estilo israelí; la segunda, anunciando una nueva ronda de sanciones
contra Rusia vista con recelo en la UE y en el propio sector empresarial
estadounidense. En este contexto, y mientras no se demuestre lo
contrario, la única teoría válida sobre el derribo del avión es la de
una operación e bandera falsa.
3.- El control del espacio aéreo
No hace falta ser un especialista para saber que el
control del espacio aéreo de un país se hace de dos maneras: civil y
militar. Los civiles son quienes hacen los planes de vuelo, hablan con
los pilotos de las aeronaves, rastrean los aviones durante el vuelo y se
aseguran de que no haya colisiones entre aparatos si algunos cruzan
las mismas rutas. Pero los radares civiles no tienen el grado de
sofisticación de los militares, puesto que lo que les ayuda a tener
controlado un avión es un aparatito que transmite un mensaje indicando
velocidad, identidad, altitud y rumbo. Esa información es la que se ve
en la pantalla de los civiles dando a éstos -controladores- una visión
precisa de lo que hace el aparato. Los militares hacen lo mismo, pero
los superponen con los suyos propios y con sus propios datos, logrados
de sus propios radares. La diferencia entre unos y otros es que los
segundos hacen todo lo posible porque sus aparatos no sean detectados
y, por el contrario, detectar a los aparatos enemigos. Luego hay que
suponer que cuentan con tecnología diferente y muy superior a la civil.
Un radar militar, por lo general, sabe qué tipo de avión
es el que aparece en sus pantallas sólo con analizar alguna señal,
como el motor del avión. Si hay alguna duda, lanzan una señal tipo
contraseña para identificar si el aparato es amigo (o suyo) o no y, en
este caso, considerarlo un objetivo. Entonces entran en liza diferentes
sistemas de los que las lanzaderas como la Buk M-1, que según la junta
filonazi de Kiev y sus valedores es la responsable del derribo, son
sólo una parte aunque, sí es cierto, también con capacidad de respuesta
autónoma.
Dado lo anterior, si el derribo se produjo a 50
kilómetros de la frontera rusa hay que suponer -es retórico, es una
certeza- que los rusos tenían en todo momento localizado el avión
malasio por lo que sería de idiotas pensar que el derribo del avión
llegó desde Rusia. Luego, si no han sido los rusos sólo quedan dos
posibles responsables: los ucranianos fieles a la junta de Kiev y los
antifascistas del Donbáss.
4.- Los pro-Kiev
No es la primera vez que los ucranianos derriban un
avión civil: ya ocurrió en 2001 con un avión ruso, por cierto. Se puede
suponer que dado que ha pasado mucho tiempo desde entonces, ya no se
cometerían errores semejantes. Pongamos que es así y que, según lo dicho
más arriba, sabían perfectamente que éste era un avión civil. La
responsabilidad queda entonces del lado de los antifascistas, que no
tienen ni controladores aéreos civiles ni militares, ni sistemas civiles
ni militares. De hecho, lo primero que hizo la junta de Kiev fue tomar
el control de los aeropuertos de Donetsk y Luganks, donde todavía se
combate por su control.
En las páginas de la resistencia antifascista se han
visto imágenes de material capturado a los soldados pro-Kiev en las que
aparecen misiles Buk M-1 o muy parecidos. Entonces la junta de Kiev,
que reconoció esa captura, dijo que habían sido desactivados por los
soldados; pero ahora resulta que estaban operativos. O mentía entonces o
miente ahora. Pero resulta que el Fiscal General de Ucrania ha dicho
públicamente que los antifascistas no tienen misiles de este tipo en su
poder (6), por lo que la paranoia nazi de Kiev lleva a decir ahora que
fue una batería que entró desde Rusia y que ha vuelto a este país o que
los milicianos “roban cuerpos” del avión caído para eludir pruebas
(7).
La junta de Kiev y sus valedores se desgañitan diciendo
que han sido los antifascistas -llamados "prorrusos"-, pero no
informan, ni lo harán, de los detalles de utilización de los sistemas
Buk M-1 que utiliza el ejército ucraniano en la zona de guerra. Tampoco
del por qué no estaba completamente cerrado el espacio aéreo, tal y
como había recomendado la Organización de Aviación Civil Internacional.
Y, lo más importante: el derribo del avión se produce
después de que la Cámara de Comercio y la Asociación Nacional de
Fabricantes de EEUU publicasen sendos anuncios, firmados por sus
respectivos presidentes Jay Timmons y Thomas J. Donohue, en los
principales periódicos (The New York times, The Wall Street Journal, The
Washington Post) protestando por las nuevas sanciones decididas por
Obama (8). Unas sanciones que habían sido secundadas a regañadientes por
la UE.
5.- Los antifascistas
Hay que leer las páginas de los antifascistas para ver
que, por ejemplo, están constantemente reclamando personal que sea capaz
de manejar determinados tipo de tanques que han sido capturados a los
pro-Kiev, por lo que manejar un material tan sofisticado como una
batería de misiles tierra-aire requeriría la presencia de profesionales y
éstos sólo podrían llegar desde Rusia. Así se cierra el círculo de
Kiev y sus panegiristas. Supongamos que alguno de los miembros de las
milicias es capaz de manejar un sistema tan sofisticado y que hubiese
disparado, como ya ha ocurrido otras ocasiones con derribos de An-26 y
Su-25. Esto es lo que desde el primer momento ya han dicho tanto los
nazis de Kiev como sus valedores estadounidenses y occidentales. Pero
¿de veras? Un hecho militar de relieve es que cuando muchos pensábamos
que la caída de Slavianks era un golpe demoledor a las milicias
antifascistas a lo que estábamos asistiendo era a una reorganización de
todas las fuerzas de la resistencia.
Igor Strelkov, a quien se le denomina "mercenario " ruso
(9) -denominación que no aparece a la hora de hablar de los
estadounidenses, británicos, polacos y lituanos al servicio de la junta
filonazi y que no se mencionan en ninguno de los artículos que se
publican, aunque se sabe, y hay fotos, que al menos los polacos están en
Odesa- no sólo se retiró de la ciudad con pérdidas mínimas sino que
logró unificar todas las fuerzas en un solo mando y eso dio más
efectividad a la resistencia que ha logrado pasar de forma clara a la
ofensiva en algunos aspectos como ya se ha dicho.
También viendo las páginas web tanto ucranianas, muy
escasas, como rusas y del Donbáss, se observa que varios regimientos
completos de fuerzas pro-Kiev están en estos momentos rodeados y sin
capacidad alguna de escapatoria, tal y como reconocen algunos de los
escasos soldados que se atreven a hablar con claridad de lo que está
pasando y que han logrado contarlo en los muy censurados y manipuladores
medios de comunicación ucranianos (10).
Por lo tanto, derribar una nave civil y extranjera en
estas condiciones, habiéndolo querido o sin querer, sería equivalente
poco menos que a un suicidio. Los antifascistas habían logrado revertir
la situación militar, el malestar estaba creciendo en la Ucrania
pro-Kiev y Rusia no tenía la menor necesidad de fortalecer militarmente a
las milicias puesto que la recuperación de material bélico es tan
grande (11) que lo hacía poco menos que innecesario. Luego sólo hay un
ganador y un beneficiario claro con este derribo: la junta de Kiev. Con
todo el mundo mirando, con sus valedores EEUU y UE acusando a Rusia y a
los antifascistas, está justificado todo tipo de acciones contra la
población del Donbáss. Los bombardeos se han intensificado, se ataca a
la población sin piedad alguna (12) y ni una sola protesta se va a oír
no sólo de sus valedores gobernantes occidentales, sino de los
aduladores del Maidán. Al mismo tiempo, se han iniciado los vuelos
militares –que habían sido suspendidos por el derribo de aviones 7
aviones y 2 helicópteros en una semana, como recoge el documento firmado
por el Ministro del Interior y el general al cargo de la “Operación
Antiterrorista”- para bombardear tanto las posiciones de las milicias
como a la población civil para romper el cerco.
6.- Luego...
Lo más probable, lo altamente probable es que haya sido
la punta filonazi de Kiev quien haya derribado el avión en un ataque
deliberado de lo que se denomina "bandera falsa". Y aunque hubiese sido
un error de los antifascistas -supongamos que intentaron atacar un
avión militar que volaba junto al avión malasio, puesto que se ha
denunciado que dos cazas volaron junto al avión hasta sólo dos minutos
antes de que desapareciese de los radares, y que el misil se hubiese
centrado en el foco inicial señalado con el radar sin que su operador
se hubiese dado cuenta de que los cazas se habían retirado- la
responsabilidad última es de la junta de Kiev al permitir vuelos
civiles en una zona de guerra y al delimitar el cierre del espacio
aéreo en los 9.600 metros (¿por qué esa cifra cuando el avión malasio,
como casi todos los comerciales, volaba a una altura de 10.000 metros?
¿era para inducir al error?).
Entonces habrá que preguntarse por qué la insistencia de
la junta de Kiev en que las cajas negras estén en manos sus valedores
occidentales y no de los expertos del OIAC, el organismo internacional
de la aviación civil, porque en ellas tiene que estar algún registro de
los pilotos (aunque ya se anda diciendo que si fue un misil, los
pilotos no se habrían dado cuenta de nada). No vamos a decir que los
antifascistas se las entreguen a los rusos porque la campaña seguiría
con la manipulación -que, por supuesto, no hacen los occidentales- de
los registradores de vuelo. Y no vamos a decir a los rusos que den a
conocer sus datos, que seguro los tienen, porque no serviría de nada
ante la manipulación occidental rusófoba-¿no andan todavía hablando del
"aislamiento" de Rusia (13) cuando acaban de producirse hechos
geopolíticos de relieve, como el acuerdo con China, la cumbre de los
BRICS y la gira por América Latina?- y mucho menos vamos a pedir esos
mismos datos los valedores de los filonazis que, también es seguro, lo
saben a ciencia cierta.
La conclusión ya se está dictando: los antifascistas,
los "prorrusos" y la propia Rusia con culpables. Como se hizo con las
famosas, e inexistentes, "armas de destrucción masiva" en Irak, con
tantas otras mentiras, engaños y crímenes occidentales los culpables son
los otros. Todo para que nadie se haga una pregunta simple: ¿a quién
beneficia? Y para que nadie se haga otra pregunta: ¿de qué sirve que
Putin, tan satanizado, haya hecho o esté haciendo todo lo posible para
no ser arrastrado a la guerra en Ucrania y haya hecho, o esté haciendo
todo lo posible para responder con diplomacia a las provocaciones de
Washington y sus secuaces?
La llamada opinión pública es muy maleable y manejable.
Al igual que la junta filonazi tiene como consigna "¡Gloria a Ucrania!
¡Gloria a los héroes!" cuando esos héroes crucifican a niños (14) y
bombardean ciudades repletas de civiles con fósforo (15), los secuaces
de EEUU se desgañitarán hablando de los "gloriosos combatientes
ucranianos por la libertad y en contra del imperio ruso". Unos héroes
que sólo en una semana, como dice el documento mencionado varias veces
firmado por el Ministro del Interior y el general Gritsak, ha causado
sólo en una semana 496 muertos y 768 civiles sólo en una semana.
Cualquier otra cosa que se diga será considerada
neo-estalinista, neo-soviética, filoterrorista o vaya usted a saber qué.
Pero, como decía el poeta Gabriel Celaya, “maldigo la poesía de quien
no toma partido hasta mancharse”. O como también dijo otro excelso
poeta y dramaturgo, Bertolt Bretch, “el que no conoce la verdad es
simplemente un ignorante, pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese
es un criminal!”. Todo el mundo “occidental” está diciendo que fueron
los prorrusos quienes derribaron el avión malasio y que el responsable
último es Putin. Ya está dictada la sentencia, por lo que cualquier
prueba irá siempre en la misma dirección. Como con “el derecho a la
autodefensa de Israel” en las constantes masacres de Gaza, las “armas
de destrucción masiva” de Saddam Hussein, el incidente del Golfo de
Tonkin –que sirvió de excusa para la participación directa de EEUU en
la guerra del Vietnam y sus 2 millones de muertos-, o… los tratados
–siempre incumplidos- con los pueblos nativos americanos, por remitirse
al siglo XIX. Este es Occidente, estos son sus panerigistas. Esta es
su histórica impronta: ¡Gloria a los héroes!
Notas
1) Natalia Meklin, Vera Belik y Polina Gelman nacieron
en el Donbáss ucraniano y se alistaron voluntarias para combatir a los
nazis en el legendario 46 Regimiento "Taman" de Bombardeo Nocturno,
formado únicamente por mujeres, y que llegó a convertirse en la
pesadilla de los nazis durante la II Guerra Mundial. Las tres recibieron
la máxima condecoración: Héroes de la Unión Soviética. La historia de
este Regimiento, único en el mundo, está recogida en el libro "Las
brujas de la noche. El 46 Regimiento "Taman" de aviadoras soviéticas en
la II Guerra Mundial", editado por La Caída, y ya en la segunda
edición.
(2) Alberto Cruz, “Ucrania: El Donbáss y la destrucción
del modelo liberal-oligárquico”,
http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1866
(3) http://slavyangrad.wordpress.com/military-briefings-flash-updates-online/
(4) http://www.youtube.com/watch?v=LiFtWntDPOg y
http://www.youtube.com/watch?v=PSnvlN3vN78 Los vídeos de estas
represiones se colgaron en YouTube el 14 de julio de 2014 y fueron
borrados al día siguiente. En el primer vídeo se veía a las mujeres
oponiéndose a la salida de sus hijos del cuartel y en el segundo a los
soldados, con la cara tapada, empujando y apaleando a las mujeres. Los
soldados que han sido capturados por los antifascistas del Donbáss
reflejan en sus declaraciones que han sido reiteradamente amenazados con
represalias a sus familias si se negaban a combatir y son conocidos
los casos de ejecuciones por parte de los batallones nazis de la
Guardia Nacional, como el llamado "Azov", ante negativas similares. En
estas declaraciones de soldados capturados -"rehenes" en la
terminología de la junta neonazi y de quienes la apoyan- se dice que
muchos de ellos fueron enviados a combatir tras ser llamados para
realizar "cursos de enseñanza".
(5) Público, 18 de julio de 2014.
(6) ITAR-TASS en un despacho desde Kiev el 18 de julio
de 2014 recogía las declaraciones de Vitaly Yarema afirmando que “los
terroristas no tienen ni Buk M-1 ni S-300”.
(7) El Periódico, 19 de julio de2014 y Público, 20 de julio de 2014.
(8) http://www.paulcraigroberts.org/2014/07/17/sanctions-airliners-paul-craig-roberts/
(9) El Diario, 19 de julio de 2014.
(10) https://www.youtube.com/watch?v=zFXxYx2KbGk se puede ver en castellano pinchando en el botón de subtítulos.
(11) Es obvio que los antifascistas han recibido ayuda
de Rusia, pero esta es cada vez menor porque los soldados pro-Kiev no
dudan en abandonar todo tipo de material, como se puede ver en
https://www.youtube.com/watch?v=IvrM0_pGq58 o en
https://www.youtube.com/watch?v=9seNvcfBrKQ tras batallas en las que
queda patente el grado de desánimo de las fuerzas pro-Kiev
http://vk.com/videos-57424472?z=video-57424472_169445412%2Fclub57424472
(12) https://www.youtube.com/watch?v=CZ1mxrbyaz0
(13) El diario, 19 de julio de 2014.
(14) https://www.youtube.com/watch?v=eKNaklUFMig
(15) https://www.youtube.com/watch?v=ywEa4_3Q89o
Fuente: CEPRID
RT 25-07-2014
Más de 150.000 ucranianos se han refugiado en Rusia huyendo de los cri..
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