"...Un coro enorme -(que va desde la izquierda –ni-ni- con sus
metafísicas dudas sobre la pureza revolucionaria, la genética
dictatorial y el colorido de los mercenarios, hasta las derechas más
recalcitrantes con prácticas de terror fascista, pasando por una amplia
gama de demócratas miedosos que sólo plañen y enturbian los hechos)-
repite las palabras libertad y democracia, como si fuéramos imbéciles
que no sabemos lo que significa la dictadura capitalista...."
Es un juego trágico en dos campos distintos. Dos campos
que no usan las mismas leyes de juego, dos tableros. En uno de ellos las
palabras que se declaran son contradictorias con los actos. Y a eso en
castellano se le llama cinismo, se le llama trampa.
Cuando las leyes de juego se rompen el juego deja de ser posible. Si
un jugador no respeta las leyes del juego aunque declare que las
respeta, ese jugador es definido como tramposo y excluido
inmediatamente.
Siempre que los voceros de USA y la UE se pronuncian, recitan
incansablemente dos palabras claves: “libertad” y “democracia”, son sus
cartas marcadas. Y juegan con esas cartas marcadas mientras ejercitan el
terrorismo y el crimen, financian la violencia y se saltan toda la
legalidad internacional vigente.
Un coro enorme -(que va desde la izquierda –ni-ni- con sus
metafísicas dudas sobre la pureza revolucionaria, la genética
dictatorial y el colorido de los mercenarios, hasta las derechas más
recalcitrantes con prácticas de terror fascista, pasando por una amplia
gama de demócratas miedosos que sólo plañen y enturbian los hechos)-
repite las palabras libertad y democracia, como si fuéramos imbéciles
que no sabemos lo que significa la dictadura capitalista. Como si no
supiéramos que estamos viviendo una época de enorme agudización de la
lucha de clases internacional y soportando o resistiendo el saqueo de
los derechos sociales y civiles básicos, tanto en USA como en la UE.
Hace mucho se decía que el imperio era un tigre de papel y que sus
coletazos serían terribles. Y he aquí que estamos viviendo esos
terribles coletazos. Coletazos que se traducen en la perversión del
sentido de palabras tan claras como libertad y democracia. Coletazos que
rompen toda legalidad, todo respeto por las normas internacionales,
pactos o acuerdos legales. Los organismos internacionales creados
después de guerra mundial padecen parálisis o ceguera desde hace mucho
tiempo. Y en el campo del imperio las cartas están trucadas porque jamás
han respetado aquello que los pueblos mayoritariamente eligen en
libertad y en democracia.
El tigre de papel está debilitado y rompe la baraja usando métodos
terroristas. Eso es lo que está sucediendo con el armado de estas bandas
a las que financian para asesinar a sus propios pueblos. Métodos que se
probaron en muchas plazas, y que están claramente identificados desde
aquel crimen de guerra cometido contra Yugoslavia, que fue el
laboratorio donde se probó esta metodología con la creación del OTPOR, y
concluyó con los atroces bombardeos de la OTAN “liberadora” que
destruyó la vida de la gente y el país.
La técnica tramposa es muy clara. El presidente Maduro la sintetizó:
cuando la oposición gana alguna elección se respeta y no hay fraude.
Pero si pierden, incendian la tierra con su gente y se dedican al
terrorismo. Rompen el pacto democrático y constitucional, arman
guarimbas, incendian edificios , parlamentos, personas, fábricas,
hospitales y escuelas.
Generan violencia gracias a los millones de dólares que la USAID
invierte en grupos entrenados para generar el caos. Están cumpliendo la
función para la que fueron creados: romper el juego democrático,
reventar el marco constitucional, asesinar al pueblo sea mediante el
estrangulamiento económico o con destrucción de espacios públicos, balas
y sabotaje terrorista.
Mientras esto sucede, es repugnante ver al hombre de la mandíbula
caída, me refiero a Kerry, digno representante del cuaternario, declarar
que apoya a los asesinos de Maidan y amenazar a la Venezuela soberana
con sanciones, sin siquiera reconocer que son ellos y su ambición de
petróleo los que han generado y financiado esa violencia, porque no
pueden ganar de manera constitucional, democrática y pacífica. El
violento Kerry desconoce la ley y desconoce de esta manera las
resoluciones del ALBA y la UNASUR, el llamado al diálogo hecho por el
presidente de Venezuela y el constante reclamo de PAZ contra la
violencia fascista. Kerry vuelve a jugar con cartas marcadas repitiendo
de manera cínica las dos palabras claves –libertad y democracia-
mientras financia el uso de las armas y las bombas criminales que
pretenden destruir las enormes conquistas sociales de la revolución
bolivariana.
Sí, están dando los últimos coletazos, están gastando millones de
dólares en crear el caos, están entrenando asesinos que después no
podrán controlar, todo esto sin que se les caiga de la boca torcida las
palabras libertad y democracia. Lo han hecho en Irak, en Afganistán, en
Libia, en Siria, en Ucrania, y han conseguido destruir países, sea con
golpes de estado (durante ciento cincuenta años en America Latina), sea
con bombardeos criminales como en Libia. Y mucho antes en Viet-Nam,
donde todavía está pendiente el juicio por los crímenes de guerra que
cometieron. Pero de Viet-Nam salieron derrotados y saldrán derrotados de
América Latina.
El poder del imperio se equivoca de era. O es tal su incapacidad que
no comprende que ya le hemos quitado esas dos palabras esenciales para
cargarlas de otro contenido: libertad en igualdad y democracia participativa rumbo al socialismo. Y que esas palabras están sostenidas por la acción cotidiana de millones, dispuestos a defenderlas.
No han comprendido que esa es la otra baraja y que aquí no hay cartas
marcadas. Hay que enfrentarlos y detener su violencia, pero el camino
es irreversible, porque las democracias latinoamericanas se han
consolidado. Hay una constitución, hay mucho que defender y hay mucho
conquistado en esta larga marcha hacia el socialismo. La lucha será
larga, pero no cabe duda de que no hay vuelta atrás porque se ha
experimentado lo que significa la verdadera democracia, no la de los
discursos cínicos del imperio. No hay cartas marcadas en la defensa de
la democracia, socialista y revolucionaria. Pongan los dólares que
pongan para sostener las guarimbas incendiarias, y a sus voceros
mediáticos entre los que el diario El País de España se lleva el premio.
No se puede matar a un pueblo propietario de su voluntad y de sus
derechos civiles y políticos, no pudieron en Cuba, no pudieron en
Viet-Nam, no podrán en Venezuela.
La unidad latinoamericana es un deseo antiguo, pero hoy como nunca
“esta humanidad ha dicho basta y ha echado a andar” sobre un territorio
inmenso y con gran parte del camino ya ganado en libertad y democracia,
rumbo al socialismo.
El tigre de papel está a punto de deshilacharse, podrido por dentro, y
el miedo lo lleva a la irracionalidad más absoluta, no escucha y se
aturde: son síntomas de su derrota. Confundido, se vuelve más
sanguinario cada vez. Pero está perdido.
Como decía B. Brecht, “un fascista es un burgués asustado”, y
podríamos agregar “un burgués asustado que ya no tiene espacio para
seguir jugando con cartas marcadas”.
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