El autor analiza las cargas policiales que tuvieron lugar en la noche del 22 de marzo en Madrid.
Demetrio E. Brisset Catedrático de Comunicación Audiovisual
El masivo éxito de la convocatoria de protesta social del 22M en Madrid
ha sido saboteado por las fuerzas antidisturbios, consiguiendo que los
medios de comunicación mayoritarios dieran más importancia al
“vandalismo callejero” que a las demandas planteadas, y mencionando
siempre a “miles” de manifestantes, cuando para todo observador se
trataba de “cientos de miles”, lo cual indica un sesgo de falseamiento
de la realidad.
Desde antes del inicio de la gran manifestación, todo el recorrido previsto estaba cercado por las Unidades de Intervención Policial en estado de inminente acción,
con sus chalecos antibalas, cascos y porras encima. Se palpaba que
tenían órdenes de intervenir, a pesar del ambiente
festivo-reivindicativo. Impedir la anunciada acampada en Recoletos era
la excusa perfecta.
La actitud intimidatoria se agudizó cuando la cola de la
manifestación, tras pasar Cibeles fue seguida de cerca por varias
furgonetas de antidisturbios. Hacia las ocho y media, mientras seguían
los discursos desde la tribuna de Colón, un leve altercado en la barrera
que protegía la sede del PP sirvió de pretexto para disparar pelotas de
goma y cargar contra la multitud concentrada en la plaza. A partir de
ese momento, la respuesta a la agresión policial desencadenó la
irrupción de decenas de furgonetas policiales y el ataque de sus
efectivos. Conociendo de casos anteriores la infiltración de policías
camuflados entre los manifestantes (el famoso “¡soy compañero!”), para
provocar las cargas, resulta ilustrativo un vídeo colgado por la policía en Youtube (“Violentos revientan con graves incidentes”) donde se aprecia, al inicio, actuar a un
pirotécnico, que tras lanzar otro petardo en el min. 2’47, se acerca a
la cámara para ser bien captado e incluso saludar, en lo que parece
sobreactuación en una cuidada puesta en escena.
Objetivos cumplidos. Por un lado, desviación del interés informativo hacia los destrozos violentos. A lo que se suma una
cifra oficial de heridos, donde los policías duplican a los
manifestantes, lo cual parece inverosímil, teniendo el cuenta la
desproporción de armamento y protección corporal en ambos bandos.
Por otro lado, advertencia a futuras protestas. Dará igual que sean con o sin autorización, pacíficas o no: serán duramente reprimidas. ¡Y antes de que entre en vigor la ley mordaza!
inforelacionada
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Una guía para seguir el 22M por todos los medios
Distintas banderas y cuatro reclamaciones en el camino a Madrid
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24/03/2014 - 1:18am
Desde nuestro proyecto periodístico independiente para la cobertura de las Marchas de la Dignidad, elaboramos un vídeo-reportaje que ratifica lo que el autor relata en su texto:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=dEuaFSxtvB0
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=dEuaFSxtvB0
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