El
pasado sábado en las calles de Madrid se congregaron dos millones de
personas, colectivos y pueblos de todo el Estado, en una
manifestación que cualquier persona con un mínimo de humanidad
debería secundar. Reclamamos una
vida digna, trabajo, casa, servicios sociales para todos y todas y el
no pago de la deuda.
Con
un amplísimo apoyo popular, las Marchas de la Dignidad http://marchasdeladignidad.org/wp-content/uploads/2014/03/2014-03-01-11.48.jpgavanzaron
durante más de 5 horas desde Atocha hasta Colón, en un ambiente de
lucha y solidaridad entre pueblos, que no se recuerda en décadas.
Una acción construida durante meses, a base de trabajo militante.
Desde
que partieron, las Marchas de la Dignidad han recorrido todo el
estado haciendo asambleas en cada lugar por el que pasaban, llevando
una auténtica democracia a cada pueblo y recibiendo la solidaridad
de las gentes.
Frente
a esta demostración de dignidad y democracia, el sistema no tiene
ningún discurso que enfrentar, y su única respuesta es la
represión:
- La
represión mediática, con el silencio absoluto desde todos los
medios del régimen, hasta que la realidad se ha impuesto y se han
visito obligados recoger nuestra lucha.
- La
represión política, con declaraciones absurdas como las
comparaciones con grupos de extrema derecha, con Ayuntamientos
prohibiéndonos pasar o pernoctar en sus municipios o
autoridades locales increpado a compañeras y compañeros.
- La
represión policial, sufrida durante todo el camino, cuando la
guardia civil desviaba a caminantes por caminos paralelos de tierra y
piedras para dificultar su marcha, o cuando la policía impedía
que las asambleas transcurriesen con normalidad. Los controles
injustificados en carreteras que retuvieron a más de 100 autobuses
que originaron retrasos entre una y tres horas. Pero especialmente
cuando, una vez en Madrid, un despliegue policial desproporcionado,
formado por 1.700 agentes de la UIP traídos de varios lugares del
Estado, fue utilizado para amedrentar y reprimir al pueblo.
Antes
de que la manifestación terminase, un ejército policial atacó sin
miramientos a población civil indefensa.
Desde
la propia megafonía del acto que se estaba celebrando en Colón, se
pidió a los agentes que parasen su ataque, pero persistieron en la
agresión. Una acción así no se improvisa, era un plan premeditado
para disolver la manifestación y conseguir abrir los noticiarios
televisivos con imágenes de violencia.
Hubo
un ejercito policial que usó porras, escopetas y gases lacrimógenos
para vulnerar el legítimo ejercicio del derecho de reunión. Fue un
montaje policial urdido desde el Gobierno que vulneró derechos
fundamentales como el de reunión y manifestación.
- La Policía se inventa pruebas para criminalizar a los detenidos del 22-M El cuerpo y los sindicatos policiales difundieron una imagen de un punzón pegado a una muleta y de una riñonera con bolas de acero asegurando que se trataban de armas utilizada por los manifestantes el 22-M, pero esos objetos fueron incautados con anterioridad a las movilizaciones
- La Policía se inventa pruebas para criminalizar a los detenidos del 22-M El cuerpo y los sindicatos policiales difundieron una imagen de un punzón pegado a una muleta y de una riñonera con bolas de acero asegurando que se trataban de armas utilizada por los manifestantes el 22-M, pero esos objetos fueron incautados con anterioridad a las movilizaciones
Las
personas detenidas fueron objeto de maltrato. Se les mantuvo ocho
horas de pie contra la pared, con las manos en alto, no se les dió
agua, no se les dió alimento en 24 horas. A las mujeres ni se les
permitió cambiar de tampax. Se les mantuvo 37 horas en dependencias
policiales antes de pasar a disposición judicial.
Exigimos
al régimen que retire los cargos de todos los acusados y la libertad
inmediata del compañero Miguel. Exigimos además la destitución de
la delegada del gobierno y del jefe de policía de Madrid, a los que
consideramos responsables directos del ataque, así como la dimisión
de ministro del interior.
La
dignidad está de parte del pueblo. No terminamos aquí. Seguiremos
organizándonos, luchando y trabajando a partir de la movilización
popular ya construida.
¡No
es tiempo de lamentos, es tiempo de lucha!
25
DE FEBRERO DE 2014
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