"...Ante el incremento, ahora torrencial, de la contestación de las masas
contra una humillante política de recolonización del país por el gran
capital extranjero (apoyada por una burguesía casera vasalla), política
de traición nacional -el pueblo portugués, creo, volverá ,como en abril
de 1974, a asumirse como sujeto de la Historia. Y barrerá del Poder a la
fauna política en él encastillada".
“Hago
desfilar por la memoria períodos sombríos de la historia de Portugal.
Pero, repito, no consigo localizar un conjunto de diputados y ministros
parecido con el actual”, señala Miguel Urbano Rodríguez.
Esquilo, Shakespeare, Sartre, Simonov, entre otros grandes escritores,
crearon personajes inolvidables para esbozar el perfil de hombres que
traicionaron sus pueblos. En grandes conflictos internacionales,
paralelamente a la resistencia a los invasores, surgieron los llamados
colaboracionistas, que los apoyaban y servian. Símbolos desa actitud
fueron el francés Laval, el noruego Quisling, el croata Pavelich. Al
final de la II Guerra Mundial miles de colaboracionistas fueron juzgados
y condenados.
No obstante no recuerdo un caso similar, en lo tocante a la colaboración
con los enemigos de su pueblo, a lo que ocurre desde hace años en
Portugal con el comportamiento en el Parlamento de los diputados de la
mayoría PSD-CDS que sustenta el gobierno bicéfalo de Passos
Coelho-Portas. Y no encuentro parangón porque ni en la Historia, ni en
la literatura, ni en el teatro consigo localizar un fenómeno mismo
vagamente parecido con el modelo de apoyo festivo que as bancadas de la
mayoría crearon para apoyar el desgobierno de Passos & Portas.
Cualquiera que sea el tema del debate, los diputados de los dos partidos ultramontanos no se limitan a apoyar todas las propuestas, medidas e intenciones del ejecutivo.
Cualquiera que sea el tema del debate, los diputados de los dos partidos ultramontanos no se limitan a apoyar todas las propuestas, medidas e intenciones del ejecutivo.
En las comisiones y en el pleno, independientemente de la agenda, el tuétano de su discurso es el elogio de la obra del gobierno. Fustigan a la oposición por ser incapaz de comprender la política de austeridad. Recorriendo a una oratoria en la cual transparece la herencia del estilo cultivado en la Assembleia Nacional del fascismo –lo superan; pasan del asunto del día a la apología de la grandeza de la obra gubernamental. Poseidos de un entusiasmo frenético son, con frecuencia, agresivos. Lamentan particularmente la ceguera de la bancada comunista. Y, para clarificarla, repiten exhaustivamente que Portugal está en el buen camino, rumbo a un futuro próximo radiante. Una era de felicidad, es su convicción inquebrantable, espera a los portugueses y portuguesas. No entraron en ella en 2012, ni en 2013, pero será finalmente en 2014 que el sol volverá a brillar en la boca del túnel.
Les gusta ejemplificar com los exitos de la Sanidad y de la Educación y con los avances del llamado estado social. Para ellos, nunca antes el Servicio Nacional de Salud funcionó como hoy en beneficio del pueblo, nunca la juventud dispuso de un sistema de educación comparable, por su alto nivel, al atual. No recuerdan tampoco gobierno tan empeñado en promover el empleo y asegurar, através de la sustentabilidad de la previdencia social, una vejez tranquila a los pensionistas del Estado .
Reaccionan con perplejidad y tristeza al silencio de la oposición parlamentaria que no divisa los indicios transparentes de la «retomada», que no se alegra con aquello a lo que el ministro Pires de Lima definió como «el milagro económico portugués».
Ante tales beneficios, se les escapa la motivación de tantas manifestaciones de protesta, de huelgas turbulentas, del descontento de los trabajadores y trabajadoras de la Función Pública, principalmente el profesorado y, absurdo de los absurdos, de los profesionales de la PSP y de la GNR y de los oficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas.
Passos –amurallado, como sus ministros, en las calles y en los salones donde aparece- es el regente de la banda de los enemigos del pueblo. Siempre con prisa en su vaivén entre Lisboa y las capitales europeas a donde se desplaza para recibir instrucciones de la canciller Merkel, su inspiradora y gurú, camina y habla como un muñeco articulado, convicto de que la pose hace al estadista.
En las últimas semanas, Passos&Portas, los ministros y secretarios de estado, los representantes más cualificados de los partidos que representan el gobierno en la Assembeia no perdieron oportunidad de ejercer presiones sobre los jueces del Tribunal Constitucional. En forma de coro afinado, recurrieron a metáforas para apuntarles el camino patriótico que deberian seguir: concluir que el corte de las pensiones constante del Presupuesto de Estado para 2014 respeta obviamente la Constitución.
Otra fue la opinión de los magistrados del TC. Se pronunciaron por unanimidad por la inconstitucionalidad de las medidas previstas.
No sorprendió la reacción de Passos y su gente. En Bruxelas, despues de oir a la señora Merkel, se dió prisa en declarar que va insistir en el robo de las pensiones. Estudiado el asunto -clarificó- el gobierno encontrará «una solucción viable y eficaz». En Lisboa, el ministro Maduro consideró útil aclarar el discurso del jefe: el valor de las pensiones será igualmente reducido, «pero de forma diferente».
Lo que está pasando parece cosa de ficción. Configura un asalto a la razón. Pero es dramaticamente real.
Hago desfilar por la memoria períodos sombríos de la historia de Portugal. Pero, repito, no consigo localizar un conjunto de diputados y ministros parecido con el actual. Ellos son mismo diferentes.
¿Hasta cuando –preguntan diariamente millones de portugueses y portuguesas- esta banda de enemigos del pueblo continuará a desafiar impunemente la Constitución de la República y a imponer al País un forma de gobernar de cariz dictatorial bajo la máscara democrática?
Ante el incremento, ahora torrencial, de la contestación de las masas contra una humillante política de recolonización del país por el gran capital extranjero (apoyada por una burguesía casera vasalla), política de traición nacional -el pueblo portugués, creo, volverá ,como en abril de 1974, a asumirse como sujeto de la Historia. Y barrerá del Poder a la fauna política en él encastillada.
Vila Nova de Gaia, 21 de diciembre
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