LA DOLOROSA VERDAD SOBRE MANDELA (VIDEOS). Una aproximación desmitificadora a la figura del líder africano

Extractado del artículo de Rafael Narbona "Las miserias del pragmatismo" [Img #23856]

      "¿Soy el único que ha experimentado indignación al contemplar a Barack Obama elogiando a Nelson Mandela en Soweto? ¿No es un acto de cinismo visitar la celda de Robben Island, donde el líder sudafricano pasó 18 años, cuando se ha incumplido la promesa de cerrar Guantánamo y, según el abogado Zachary Katznelson, se mantienen confinados a 16.000 presos políticos en cárceles secretas e ilegales en diferentes puntos del planeta?" se pregunta en un artículo titulado "Las miserias del pragmatismo" el escritor y crítico literario Rafael Narbona. 



       "Mientras Obama firmaba en el libro de visitas -prosigue Narbona- y se declaraba "conmovido", uno de sus drones bombardeaba Miramshah, en Waziristán Norte, lanzando cuatro misiles contra una vivienda presuntamente ocupada por fuerzas talibanes. El ataque mató a 18 personas". 




       Según Narbona "la enorme popularidad de Mandela ha ocultado aspectos fundamentales de su biografía. Durante mucho tiempo, fue un revolucionario -"un terrorista", según Margaret Thatcher-, que creó Lanza de la Nación, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (ANC) después de la masacre de Sharpeville en 1960. Estados Unidos le mantuvo en su lista de terroristas hasta 2008 y Amnistía Internacional nunca le reconoció como "preso de conciencia". Su muerte inminente desencadenará un aluvión de homenajes y reconocimientos. Con una Sudáfrica hundida en la pobreza, la desigualdad y la corrupción, muchos se preguntarán si el pragmatismo de Mandela no ha jugado a favor de una minoría privilegiada, condenando al resto a vivir en la desesperanza y la precariedad".







        "Mario Vargas Llosa, que no escatimó insultos a Hugo Chávez poco después de su muerte ("cruce de superhombre y bufón", "megalómano"), ha anticipado su obituario, proclamándole "el político más admirable de estos tiempos revueltos", sin mencionar la amistad entre Madiba y Fidel Castro, bestia negra del escritor peruano.

     No está de más recordar que al ser excarcelado el 11 de febrero de 1990, Mandela se dirigió a la multitud que celebraba su liberación, afirmando que "aun existen razones para la lucha armada" e incitó a "poner fin al monopolio del poder blanco". La santificación de Mandela ha borrado las huellas de la resistencia armada contra el apartheid, pero las hemerotecas aún nos permiten recrear la historia de ese período. El 21 de mayo de 1987 estallaron dos bombas en la fachada trasera del Tribunal de Justicia de Johannesburgo, acabando con la vida de tres policías y dejando malheridos a otros cuatro... El ANC reivindicó el atentado y no escogió la fecha al azar. Se cumplía el cuarto aniversario de una cruenta acción en Pretoria, cuando otro coche bomba mató a 19 personas e hirió a 239. Sólo en 1987, el ANC realizó 25 atentados con el mismo método. La violencia nunca es deseable, pero las torturas, masacres y desapariciones ordenadas por el gobierno racista de Pretoria habían cerrado las vías pacíficas de protesta y negociación. Sólo entre 1990 y 1993, se calcula que murieron 10.000 personas a consecuencia de la violencia política y la represión institucional. Se estima que entre 1960 y 1990, al menos 200.000 personas fueron torturadas". 











       "Se elogia a Mandela por evitar un baño de sangre, dirigiendo una transición pacífica que puso fin al apartheid. Sin embargo, el fin del apartheid no alteró el reparto de la riqueza ni mejoró las condiciones de vida de la población negra. Los datos son elocuentes. El 20% más rico -casi todos blancos- acapara el 60% de la riqueza. El 80% restante -casi todos negros, aunque ya han aparecido casos de blancos pobres, la mayoría pequeños granjeros o simples peones de origen holandés (afrikaanders), agrupados en miserables campamentos sin agua ni electricidad- controla únicamente el 5% de los recursos.

       Sólo el 3% de las tierras cultivables está en manos de agricultores negros. Los blancos conservan la propiedad del 87%. El salario medio anual de un trabajador negro apenas supera los 1.000 rands. Los trabajadores blancos ganan una media de 7.000. El 24% de los hogares carece de agua corriente, un 20% no dispone de electricidad y uno de cada cinco adultos está infectado de SIDA. La mitad de los jóvenes están en paro y la tasa de delincuencia es sobrecogedora: 45 asesinatos al día y una violación cada 30 segundos.
 




      Las promesas de igualdad, paz y prosperidad de Mandela sólo afectaron a una pequeña minoría de la población negra, que se alió con la gran burguesía blanca en la defensa de sus intereses. A la vista de estos datos, no es sorprendente que Mandela se haya convertido en el ídolo mundial de las oligarquías financieras".




MANDELA Y LA REVOLUCIÓN CUBANA



      "El 26 de julio de 1991, Nelson Mandela manifestó en un discurso su admiración hacia la Revolución Cubana: "El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia de África sin precedentes en la historia del continente. Desde sus inicios, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad. Admiramos los sacrificios del pueblo cubano por mantener su independencia y soberanía ante la pérfida campaña imperialista orquestada para destruir los impresionantes logros alcanzados por la Revolución Cubana. […] Yo me encontraba en prisión cuando me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban prestando al pueblo de Angola. En una escala tal que nos era difícil creerlo, el pueblo cubano acudió a ayudar a los angoleños para derrotar a la poderosa coalición que les atacaba, con la financiación de la CIA y el apoyo del gobierno racista de Sudáfrica".   



¿QUÉ FUE LO QUE LE PASÓ A MANDELA?


      "¿Qué le sucedió a Nelson Mandela? Se ha especulado mucho con los acuerdos secretos que pudo firmar poco antes de su liberación, pero no hay ningún dato objetivo sobre esta cuestión. Mandela sólo ocupó la Presidencia de Sudáfrica durante una legislatura. Después, se retiró de la vida política. Nada indica que se implicara en casos de corrupción o que obtuviera prebendas a cambio de renunciar a sus convicciones revolucionarias. Tal vez se limitó a ser pragmático y posibilista, pero la historia ha demostrado que sus concesiones han desembocado en un cuadro de terribles injusticias. La matanza de 34 mineros en Marikana por disparos de la policía en agosto de 2012 evoca la masacre de Sharpeville, con 69 víctimas. Nelson Mandela tal vez evitó una guerra civil, pero no ha salvado a su país de la violencia y la desigualdad. Su triste peripecia recuerda a la transición española. En ambos casos, las elites dirigieron el proceso y el pueblo salió perdiendo. 

       Saint-Just afirmó que “los que se pasan la vida haciendo revoluciones a medias no hacen más que cavarse una tumba”. Mandela no se cavó una tumba, sino que se hundió en un sillón, rodeado de futbolistas, modelos e ídolos del pop. Creo que Patrice Lumumba, Primer Ministro de la República Democrática de Congo entre junio y septiembre de 1960, es el único estadista africano que mantuvo sus compromisos revolucionarios hasta el final, intentando poner los yacimientos de oro, diamantes, cobre y estaño al servicio del pueblo y no de las multinacionales".

       Si desea leer el artículo completo puede hacer dirigiéndose al vínculo  http://rafaelnarbona.es/?p=3329
VIDEO DOCUMENTAL 1 : MANDELA Y FIDEL

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