Eduardo Lucita 26.Jul.13
Noam Chomsky señaló hace unos años, como muy bien recuerda John Brown en su texto “La guerra del imperio: lógica de excepción y retorno de la soberanía” que quién se adapta mejor la definición de terrorismo dada por el Departamento de Defensa es la propia administración de los Estados Unidos ¿Que dice esta definición?: “Utilización calculada de la violencia con el objetivo de coaccionar a intimidar a gobiernos y sociedades, persiguiendo objetivos que son generalmente políticos, religiosos o ideológicos”...."
Muchos
creyeron que con el Gran Hermano de la novela “1984″, George Orwell
hacía referencia a la Unión Soviética (URSS). Hoy vemos que se refería
al Occidente civilizado
Estados
Unidos no puede probar que Snowden miente. Al contrario, como dice la
verdad y dejó al descubierto su maquinaria de control mundial es que lo
acusa de “traidor” y quiere repatriarlo para darle el “escarmiento
merecido”.
Las revelaciones del espía informático al servicio de la CIA han
provocado un affaire internacional que ha tensionado las relaciones
entre Estados Unidos, Rusia y la América latina, mientras que ha quedado
patentizada la sumisión de la Unión Europea. Sobretodo ha dejado al
desnudo la pretensión de Washington de instalar una nueva noción de
soberanía en el mundo.
La caja de Pandora que destapó Edward Snowden, un ex CIA luego tercerizado, supera ya el escándalo que en su momento provocaron los documentos de WikiLeaks. Sus revelaciones no cesan y casi no pasa día sin que el llamado “topo” dé a conocer verdaderos secretos de Estado.
Espionaje masivo
Lo último, al menos hasta el momento de escribir estas líneas, es la data de que la poderosa Microsoft entregaba ciertas claves a los espías tecnológicos para que estos pudieran acceder sin mediaciones a las conversaciones de los usuarios de redes informáticas, como Outlook y Skype, que cuentan con cientos de millones de usuarios.
Sin embargo todo había comenzado en la primera semana de junio pasado cuando se hizo público a través de medios gráficos que, orden judicial mediante, el gobierno de los Estados Unidos escuchaba las llamadas que se procesaban a través de la compañía telefónica más grande de ese país imperial. Lo siguiente fue conocer que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) había puesto en actividad un programa secreto denominado Prism por el cual la agencia accedía a las comunicaciones de las empresas servidoras de Internet (Google, Yahoo, Facebook, Microsoft, Paltalk, Skype, YouTube, AOL y Apple). También se conoció que el imperio del norte monitoreaba la información de numerosos países europeos y de la América latina.
Por si algo faltara ahora se conoce que Inglaterra también espió a los presidentes y funcionarios que asistieron a la cumbre del G-20 en su país y que Francia tiene un sistema similar de contralor social y político. Conviene recordar que en Argentina está vigente el Proyecto X
El avión de Evo
Una derivación de este espionaje masivo a sido el cuasi secuestro del avión presidencial del presidente boliviano Evo Morales y la provocación que lleva implícita la excusa que Snowden estaba escondido en el avión para salir del aeropuerto de Moscú rumbo a Bolivia, amparado por el presidente Evo morales.
El espía luego de pasar por Hong Kong recaló en Moscú, donde está prácticamente interdicto y sin pasaporte, a la espera de conseguir asilo en algún país latinoamericano. La coincidencia de que el presidente boliviano estuviera en Moscú participando de una cumbre de los principales exportadores de gas del mundo, fue la oportunidad buscada para que la inteligencia americana urdiera la trama y presionara a los países europeos -que ya habían aprobado la correspondiente carta de navegación- para que tomaran la inédita decisión de negar el espacio aéreo al avión presidencial. Un avión pequeño de poca autonomía que corrió serios riesgos y con el corría riesgos la vida de Evo morales. Tal vez algunos halcones de Washington soñaran con algo “que pareciera un accidente”.
Si esto ha sido una verdadera violación colonial del derecho internacional y de la inmunidad presidencial, así como también del derecho de asilo, la actuación de los gobiernos de Italia, Portugal, España y aún de la orgullosa Francia ha sido de un verdadero cipayismo frente al poder imperial americano. No es un dato menor que esta acción coordinada de los cuatro países se da cuando sea por el caso Malvinas, por el asilo de Julián Assange en Ecuador, por el estancamiento del acuerdo de libre comercio o por ciertas medidas proteccionistas tomadas por nuestros países, la relación de América del Sur con la UE no pasa por su mejor momento. Como contrapartida crece la autonomía de organismos regionales sin ingerencia de los EEUU.
La excusa del terrorismo
La lucha “contra el terrorismo internacional y el crimen organizado” es solo una excusa que esconde pretensiones más amplias del gendarme mundial. Conviene retrotraerse al momento del atentado a las Torres Gemelas para comprender la situación.
La respuesta de la administración republicana de George W. Bush al 11S, fue el redespliegue militarista de las guerras de Irak y Afganistán -que de paso ayudó a la reactivación de la economía americana- y la creación del Ministerio de Seguridad Interior. El presidente Barak Obama extendió sus alcances y perfeccionó sus métodos. Convirtiendo así el control de sus ciudadanos, y por lo que ahora vemos también de los gobernantes y ciudadanos de numerosos países, en una política de Estado aceptada por demócratas y republicanos. La magnitud de los controles es colosal y se pone de manifiesto en el hecho de que solo Skype tiene unos 500 millones de usuarios.
Estados Unidos terrorista
Noam Chomsky señaló hace unos años, como muy bien recuerda John Brown en su texto “La guerra del imperio: lógica de excepción y retorno de la soberanía” que quién se adapta mejor la definición de terrorismo dada por el Departamento de Defensa es la propia administración de los Estados Unidos ¿Que dice esta definición?: “Utilización calculada de la violencia con el objetivo de coaccionar a intimidar a gobiernos y sociedades, persiguiendo objetivos que son generalmente políticos, religiosos o ideológicos”.
Ahora bien poco más de dos meses después del atentado a la torres esa definición fue levemente modificada. El calificativo-sustantivo “ilegal” acompaña desde entonces a la palabra violencia. Este cambio resulta transcendente para comprender todo el despliegue bélico de los Estados Unidos luego del 11S. Es indispensable en el marco de la violencia política calculada de la administración americana.
Guerras humanitarias, guerras preventivas, guerras contra el terrorismo es la lógica de recrear un enemigo en forma permanente. De ahí la importancia de esta redefinición que admite la lógica de excepción. Esto es, si hay una violencia ilegal significa que hay también una violencia legal. Si antes la violencia del Estado sobre otros estados aparecía encubierta ahora se la presenta como legítima. Se trata de un nuevo concepto de soberanía que contiene la excepción como forma permanente y que ha puesto en crisis toda la arquitectura jurídica del derecho internacional construido en la segunda mitad del siglo pasado.
Esto queda expuesto cuando los Estados Unidos no niegan la veracidad de las revelaciones de Snowden, por el contrario lo acusan de traidor a la patria por haber dicho la verdad. El acusado por su parte niega haber dañado los intereses de su país pero antepone el interés de los ciudadanos, agregando que “la opinión pública debe decidir si estos programas están bien o mal”.
De redes y primaveras
La violación de la privacidad de los ciudadanos del mundo, vulnerando las legislaciones nacionales y la soberanía de los estados, es lo que está en juego con el espionaje global de un alcance incalculable. Esto es particularmente significativo cuando la oleada de manifestaciones -masivamente juveniles- que se despliegan en los países árabes, en España y Portugal, en Chile y ahora en Brasil son convocadas casi con exclusividad por medio de las redes de Internet, que hoy constituyen una herramienta estratégica para las movilizaciones sociales y políticas.
Estados Unidos se arroga el derecho de aplicar una metodología informática de espionaje y control de estas redes. Sin embargo las revelaciones de Snowden -que no es ningún traidor sino un defensor de las libertad y privacidad de los ciudadanos- han dejado al Gran Hermano al desnudo y levantado una oleada antiimperialista, en momentos que EEUU conspira contra la Unasur, la Celac y el ALBA y fogonea la alianza del Pacífico. Todo agudiza las tensiones mundiales y eleva la conciencia sobre los poderes reales en juego.
La caja de Pandora que destapó Edward Snowden, un ex CIA luego tercerizado, supera ya el escándalo que en su momento provocaron los documentos de WikiLeaks. Sus revelaciones no cesan y casi no pasa día sin que el llamado “topo” dé a conocer verdaderos secretos de Estado.
Espionaje masivo
Lo último, al menos hasta el momento de escribir estas líneas, es la data de que la poderosa Microsoft entregaba ciertas claves a los espías tecnológicos para que estos pudieran acceder sin mediaciones a las conversaciones de los usuarios de redes informáticas, como Outlook y Skype, que cuentan con cientos de millones de usuarios.
Sin embargo todo había comenzado en la primera semana de junio pasado cuando se hizo público a través de medios gráficos que, orden judicial mediante, el gobierno de los Estados Unidos escuchaba las llamadas que se procesaban a través de la compañía telefónica más grande de ese país imperial. Lo siguiente fue conocer que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) había puesto en actividad un programa secreto denominado Prism por el cual la agencia accedía a las comunicaciones de las empresas servidoras de Internet (Google, Yahoo, Facebook, Microsoft, Paltalk, Skype, YouTube, AOL y Apple). También se conoció que el imperio del norte monitoreaba la información de numerosos países europeos y de la América latina.
Por si algo faltara ahora se conoce que Inglaterra también espió a los presidentes y funcionarios que asistieron a la cumbre del G-20 en su país y que Francia tiene un sistema similar de contralor social y político. Conviene recordar que en Argentina está vigente el Proyecto X
El avión de Evo
Una derivación de este espionaje masivo a sido el cuasi secuestro del avión presidencial del presidente boliviano Evo Morales y la provocación que lleva implícita la excusa que Snowden estaba escondido en el avión para salir del aeropuerto de Moscú rumbo a Bolivia, amparado por el presidente Evo morales.
El espía luego de pasar por Hong Kong recaló en Moscú, donde está prácticamente interdicto y sin pasaporte, a la espera de conseguir asilo en algún país latinoamericano. La coincidencia de que el presidente boliviano estuviera en Moscú participando de una cumbre de los principales exportadores de gas del mundo, fue la oportunidad buscada para que la inteligencia americana urdiera la trama y presionara a los países europeos -que ya habían aprobado la correspondiente carta de navegación- para que tomaran la inédita decisión de negar el espacio aéreo al avión presidencial. Un avión pequeño de poca autonomía que corrió serios riesgos y con el corría riesgos la vida de Evo morales. Tal vez algunos halcones de Washington soñaran con algo “que pareciera un accidente”.
Si esto ha sido una verdadera violación colonial del derecho internacional y de la inmunidad presidencial, así como también del derecho de asilo, la actuación de los gobiernos de Italia, Portugal, España y aún de la orgullosa Francia ha sido de un verdadero cipayismo frente al poder imperial americano. No es un dato menor que esta acción coordinada de los cuatro países se da cuando sea por el caso Malvinas, por el asilo de Julián Assange en Ecuador, por el estancamiento del acuerdo de libre comercio o por ciertas medidas proteccionistas tomadas por nuestros países, la relación de América del Sur con la UE no pasa por su mejor momento. Como contrapartida crece la autonomía de organismos regionales sin ingerencia de los EEUU.
La excusa del terrorismo
La lucha “contra el terrorismo internacional y el crimen organizado” es solo una excusa que esconde pretensiones más amplias del gendarme mundial. Conviene retrotraerse al momento del atentado a las Torres Gemelas para comprender la situación.
La respuesta de la administración republicana de George W. Bush al 11S, fue el redespliegue militarista de las guerras de Irak y Afganistán -que de paso ayudó a la reactivación de la economía americana- y la creación del Ministerio de Seguridad Interior. El presidente Barak Obama extendió sus alcances y perfeccionó sus métodos. Convirtiendo así el control de sus ciudadanos, y por lo que ahora vemos también de los gobernantes y ciudadanos de numerosos países, en una política de Estado aceptada por demócratas y republicanos. La magnitud de los controles es colosal y se pone de manifiesto en el hecho de que solo Skype tiene unos 500 millones de usuarios.
Estados Unidos terrorista
Noam Chomsky señaló hace unos años, como muy bien recuerda John Brown en su texto “La guerra del imperio: lógica de excepción y retorno de la soberanía” que quién se adapta mejor la definición de terrorismo dada por el Departamento de Defensa es la propia administración de los Estados Unidos ¿Que dice esta definición?: “Utilización calculada de la violencia con el objetivo de coaccionar a intimidar a gobiernos y sociedades, persiguiendo objetivos que son generalmente políticos, religiosos o ideológicos”.
Ahora bien poco más de dos meses después del atentado a la torres esa definición fue levemente modificada. El calificativo-sustantivo “ilegal” acompaña desde entonces a la palabra violencia. Este cambio resulta transcendente para comprender todo el despliegue bélico de los Estados Unidos luego del 11S. Es indispensable en el marco de la violencia política calculada de la administración americana.
Guerras humanitarias, guerras preventivas, guerras contra el terrorismo es la lógica de recrear un enemigo en forma permanente. De ahí la importancia de esta redefinición que admite la lógica de excepción. Esto es, si hay una violencia ilegal significa que hay también una violencia legal. Si antes la violencia del Estado sobre otros estados aparecía encubierta ahora se la presenta como legítima. Se trata de un nuevo concepto de soberanía que contiene la excepción como forma permanente y que ha puesto en crisis toda la arquitectura jurídica del derecho internacional construido en la segunda mitad del siglo pasado.
Esto queda expuesto cuando los Estados Unidos no niegan la veracidad de las revelaciones de Snowden, por el contrario lo acusan de traidor a la patria por haber dicho la verdad. El acusado por su parte niega haber dañado los intereses de su país pero antepone el interés de los ciudadanos, agregando que “la opinión pública debe decidir si estos programas están bien o mal”.
De redes y primaveras
La violación de la privacidad de los ciudadanos del mundo, vulnerando las legislaciones nacionales y la soberanía de los estados, es lo que está en juego con el espionaje global de un alcance incalculable. Esto es particularmente significativo cuando la oleada de manifestaciones -masivamente juveniles- que se despliegan en los países árabes, en España y Portugal, en Chile y ahora en Brasil son convocadas casi con exclusividad por medio de las redes de Internet, que hoy constituyen una herramienta estratégica para las movilizaciones sociales y políticas.
Estados Unidos se arroga el derecho de aplicar una metodología informática de espionaje y control de estas redes. Sin embargo las revelaciones de Snowden -que no es ningún traidor sino un defensor de las libertad y privacidad de los ciudadanos- han dejado al Gran Hermano al desnudo y levantado una oleada antiimperialista, en momentos que EEUU conspira contra la Unasur, la Celac y el ALBA y fogonea la alianza del Pacífico. Todo agudiza las tensiones mundiales y eleva la conciencia sobre los poderes reales en juego.
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