Cuito Cuanavale: batalla que terminó con el Apartheid. INFO ESPECIAL, DOSSIER. HOMENAJE A LA REVOLUCION, A LXS INTERNACIONALISTAS CUBANXS. A UN PUEBLO LLENO DE DIGNIDAD Y CORAJE GRACIAS A SU REVOLUCION
Este año marca el aniversario 25 (NR) del comienzo de la batalla de Cuito Cuanavale
en el sureste de Angola, en que las fuerzas armadas de la Sudáfrica del
Apartheid se enfrentaron con el ejército cubano y las fuerzas
angolanas.
El asalto sudafricano “fue frenado abrupta y definitivamente” por las fuerzas revolucionarias.
El general Magnus Malan escribe en sus memorias que la campaña fue
una gran victoria para las fuerzas de defensa sudafricanas (SADF) pero Nelson Mandela
no podía discrepar más: “Cuito Cuanavale —afirmó— fue el viraje para la
lucha de liberación de mi continente y de mi pueblo del flagelo del Apartheid“.
El debate sobre lo que significa Cuito Cuanavale ha sido intenso, en
parte porque los documentos sudafricanos relevantes siguen clasificados.
Sin embargo, yo he podido estudiar los documentos en los archivos
cerrados cubanos y también muchos documentos norteamericanos. A pesar de
la brecha ideológica que separa La Habana y Washington, estos
documentos relatan una historia que impacta por lo parecida que es.
Analizamos los hechos. En julio de 1987 el ejército angolano (FAPLA)
lanzó una ofensiva de mayor envergadura en el sureste de Angola contra
las fuerzas de Jonás Savimbi. Pero al ver que la ofensiva estaba
teniendo éxito, las SADF, que controlaban las partes más meridionales
del suroeste de Angola, intervinieron en el sureste. Para principios de
noviembre las SADF habían acorralado las mejores unidades angolanas en
el poblado de Cuito Cuanavale y estaban preparándose para aniquilarlas.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió que las SADF se
retiraran incondicionalmente de Angola, pero la administración Reagan
se aseguró de que esta exigencia fuera una Resolución sin mayor
trascendencia.
El secretario de estado adjunto para África de Estados Unidos,
Chester Crocker, le dijo al embajador de Sudáfrica en Estados Unidos:
“la resolución no reclama sanciones y no plantea ninguna asistencia para
Angola. Esto no es por casualidad sino el resultado de nuestros
esfuerzos para mantener la resolución dentro de determinados límites”. (1) Mientras, las SADF aniquilarían a las unidades elites de las FAPLA.
Para comienzos de 1988, fuentes militares sudafricanas y diplomáticos
occidentales aseguraban que la caída de Cuito era inminente. Esto
significaría un golpe demoledor al gobierno angolano.
Pero el 15 de noviembre de 1987 el presidente cubano Fidel Castro había decidido enviar más tropas y armas a Angola:
sus mejores aviones con sus mejores pilotos, sus armas antiaéreas más
sofisticadas y sus tanques más modernos. La intención de Castro no era
solo defender a Cuito, era sacar a las SADF de Angola de una vez y para
siempre. Más tarde él describió su estrategia al líder del Partido
Comunista Sudafricano Joe Slovo: Cuba pararía la embestida sudafricana y
luego atacaría en otra dirección, “como el boxeador que con la mano
izquierda lo mantiene y con la derecha lo golpea”. (2)
Aviones cubanos y 1 500 soldados cubanos reforzaron a los angolanos y
Cuito no cayó. El 23 de marzo de 1988 los sudafricanos lanzaron su
último asalto de mayor envergadura contra Cuito. Tal como lo describe el
coronel Jan Breytenbach, el asalto sudafricano “fue frenado abrupta y
definitivamente” por las fuerzas conjuntas cubanas-angolanas.
La mano derecha de la Habana se preparó a golpear. Poderosas columnas
cubanas estaban avanzando en el suroeste de Angola hacia la frontera de
Namibia. Los documentos que nos podrían decir lo que los líderes
sudafricanos pensaron de esta amenaza siguen clasificados. Pero sí
sabemos lo que las SADF hicieron: cedieron terreno. Los servicios de
inteligencia de Estados Unidos explicaron que los sudafricanos se
retiraban porque estaban impresionados por la rapidez y la fuerza del
avance cubano y porque consideraban que un combate de mayor envergadura
“hubiera acarreado grandes riesgos”. (3)
Cuando niño en Italia escuché a mi padre hablar de la esperanza que
él y sus amigos sintieron en diciembre de 1941 al oír por radio que las
tropas alemanas habían tenido que abandonar la ciudad de Rostov del Don.
Era la primera vez en dos años de guerra que el “superhombre” alemán
había sido obligado a retirarse. Me acordé de sus palabras —y del
profundo sentimiento de esperanza que ellas conllevaban— cuando leí la
prensa sudafricana y de Namibia hacia mediados de 1988.
El 26 de mayo de 1988 el jefe de las SADF anunciaba que “fuerzas
cubanas y de la SWAPO fuertemente armadas, integradas por primera vez,
han avanzado hacia el sur a unos 60 kilómetros de la frontera con
Namibia”. El 26 de junio el administrador general sudafricano de Namibia
reconocía que MIG-23 cubanos estaban volando sobre Namibia, un cambio
dramático de aquellos tiempos en que los cielos le pertenecían a las
SADF. Añadía que “la presencia de los cubanos había provocado una oleada
de ansiedad en Sudáfrica”.
Sin embargo estos sentimientos de ansiedad no eran compartidos por
los negros sudafricanos: ellos veían la retirada de las fuerzas
sudafricanas como una luz de esperanza.
Mientras que las tropas de Castro avanzaban hacia Namibia, cubanos,
angolanos, sudafricanos y estadounidenses se enfrentaban en la mesa de
negociaciones. Dos puntos eran claves: si Sudáfrica aceptaba la
implementación de la Resolución no. 435 del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas que exigía la independencia de Namibia y si las partes
podrían ponerse de acuerdo sobre un cronograma de la retirada de las
tropas cubanas de Angola.
Los sudafricanos parecían estar llenos de esperanza: el canciller Pik
Botha esperaba que la Resolución no. 435 sería modificada. El ministro
de Defensa Malan y el Presidente P.W. Botha afirmaban que Sudáfrica se
retiraría de Angola solo “si Rusia y sus títeres hacían lo mismo”. Ellos
ni siquiera mencionaban retirarse de Namibia. El 16 de marzo de 1988
Business Day informaba que Pretoria estaba “ofreciendo retirarse a
Namibia —no de Namibia— a cambio de la retirada de las fuerzas cubanas
de Angola”. Es decir Sudáfrica no tiene ninguna intención de retirarse
del territorio en ningún futuro cercano.
Pero los cubanos habían revertido la situación en el terreno y cuando
Pik Botha presentó las exigencias sudafricanas, Jorge Risquet, que
estaba al frente de la delegación cubana le cayó encima con una tonelada
de ladrillos: “la época de las aventuras militares, las agresiones
impunes, de sus masacres de refugiados ha finalizado”. Sudáfrica —dijo—
estaba actuando como si fuera “un ejército vencedor en vez de lo que es
en realidad: un ejército agresor golpeado y en discreta retirada.
Sudáfrica debe comprender que no obtendrá en esta mesa de negociaciones
lo que no pudo lograr en el campo de batalla”. (4)
Al terminar la ronda de negociaciones en el Cairo Crocker le mandó un
cable al secretario de Estado George Shultz diciendo que las
conversaciones habían tenido “como telón de fondo la tensión militar
creciente por el avance hacia la frontera de Namibia de tropas cubanas
fuertemente armadas en el suroeste de Angola. El avance cubano en el
suroeste de Angola ha creado una dinámica militar impredecible”. (5)
La gran pregunta era: ¿se detendrían los cubanos en la frontera? Para
obtener una respuesta a esta pregunta, Crocker fue a buscar a Risquet:
“¿Cuba tiene la intención de detener su avance en la frontera entre
Namibia y Angola?”. Risquet contestó: “si yo le dijera que no van a
detenerse yo estaría profiriendo una amenaza. Si yo le dijera que van a
detenerse yo le estaría dando un meprobamato y yo ni quiero amenazar ni
quiero darle un calmante, lo que he dicho es que solo los acuerdos sobre
la independencia de Namibia pueden dar las garantías”. (6)
Al día siguiente, 27 de junio de 1988, MIG cubanos atacaron
posiciones de las SADF cerca de la presa de Calueque, 11 kilómetros al
norte de la frontera de Namibia. La CIA informó que: “la manera exitosa
con que Cuba ha utilizado su fuerza aérea y la aparente debilidad de las
defensas antiaéreas de Pretoria” subrayaban el hecho de que la Habana
había logrado la superioridad aérea en el sur de Angola y en el norte de
Namibia. Unas pocas horas después del ataque exitoso de los cubanos,
las SADF destruyeron un puente cercano a Calueque sobre el río Cunene.
Lo destruyeron —la CIA opinó— “para dificultar a las tropas cubanas y
angolanas el cruce de la frontera con Namibia y para reducir el número
de posiciones que deben defender”. (7)
El peligro de un avance cubano sobre Namibia nunca antes había parecido tan real.
Los últimos soldados sudafricanos salieron de Angola el 30 de agosto,
cuando los negociadores ni siquiera habían empezado a discutir el
cronograma de la retirada cubana de Angola.
A pesar de todos los esfuerzos de Washington para impedirlo, Cuba
cambió el curso de la historia de África Austral. Hasta Crocker
reconoció el papel de Cuba cuando le dijo en un cable a Shultz el 25 de
agosto de 1988: “descubrir lo que piensan los cubanos es una forma de
arte. Están preparados tanto para la guerra como para la paz. Hemos sido
testigos de un gran refinamiento táctico y de una verdadera creatividad
en la mesa de negociaciones. Esto tiene como telón de fondo las
fulminaciones de Castro y el despliegue sin precedentes de sus soldados
en el terreno”. (8)
La proeza de los cubanos en el campo de batalla y su virtuosidad en
la mesa de negociaciones fueron decisivas para obligar a Sudáfrica a
aceptar la independencia de Namibia. Su exitosa defensa de Cuito fue el
preludio de una campaña que obligó a la SADF a salir de Angola. Esta
victoria repercutió más allá de Namibia.
Muchos autores —Malan es solo un ejemplo— han tratado de reescribir
esta historia, pero documentos norteamericanos y cubanos relatan lo que
verdaderamente pasó. Esta verdad fue expresada con elocuencia por
Thenjiwe Mtintso, embajadora de Sudáfrica en Cuba, en diciembre del
2005: “hoy Sudáfrica tiene muchos nuevos amigos. Ayer estos amigos se
referían a nuestros líderes y a nuestros combatientes como terroristas y
nos acosaban desde sus países a la vez que apoyaban a la Sudáfrica del
Apartheid. esos mismos amigos hoy quieren que nosotros denunciemos y
aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es muy simple, es la sangre de los
mártires cubanos y no de estos amigos la que corre profundamente en la
tierra africana y nutre el árbol de libertad en nuestra Patria”.
NOTAS
(NR) Este artículo se escribió hace cinco años, en el aniversario 20 de la batalla.
1) Secretario de Estado, a la embajada de EE.UU., en
Pretoria, 5 de diciembre de 1987, Freedom of Information Act (en
adelante FOIA).
2) Transcripción sobre la reunión del Comandante en
Jefe con la delegación de políticos de África del Sur (Comp Slovo),
Centro de Información de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
3) Abramowitz (Oficina de Inteligencia del Departamento de Estado) al Secretario de Estado. 13 de mayo de 1988, FOIA.
4) Transcripción no oficial. Conversaciones RPA-CUBA
EE.UU.-RSA (Reunión Cuatripartita) sesión de la tarde del 24-6-88.
Archivo del CC, La Habana (en adelante, ACC)
5) Crocker al Secretario de Estado 26 de junio de 1988. FOIA.
6) Entrevista de Risquet con Chester Crocker, 26-6-88, ACC.
7) CIA, South Africa-Angola-Cuba, 29 de junio de 1988. FOIA; CIA, South África-Angola-Cuba, 1 de julio de 1988, FOIA.
8) Crocker al Secretario de Estado, 25 de agosto de 1988, FOIA.
(Tomado de Granma)
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Mas info sobre la batalla de Cuito Cuanavale:
Batalla de Cuito Cuanavale. Proeza de la Revolución Cubana. Considerada una de las batallas más trascendentes en la historia después de los combates de la II Guerra Mundial,
angolanos y cubanos derrotaron en toda la extensión a los invasores
sudafricanos y reafirmaron la soberanía de esta nación africana. Un
pequeño pueblo con vocación internacionalista, frente a una potencia
militar que empleó poderosas fuerzas, aviación moderna, artillería y
blindados de última generación, pero no pudo tomar la localidad,
convertida entonces en símbolo de resistencia y valor.
Cuito Cuanavale se ubica en un rincón de Angola, en dirección sureste, a más de 1000 kilómetros de Luanda.
Este poblado se asienta en la confluencia del Río Cuito y Río Cuanavale
de los que toma su nombre. Unas 50 casas de mampostería diseminadas a
lo largo de la carretera se integran al paisaje; en el extremo este se
halla el aeródromo. Cuito Cuanavale está rodeado de aldeas matizadas por
sus típicas construcciones de barro y guano. En eso misma dirección el
terreno irregular adopta la forma de un valle circundado de pequeñas
colinas desde donde se domina el poblado.
Su vegetación es semidesértica y está formado por arbustos espinosos y árboles de mediana altura que, según se alejan al este, van aumentando de tamaño hasta formar aislados zonas boscosas.
A finales de 1987 Cuito Cuanavale era uno de los poblados más tristes del mundo. No se escuchaba el canto de los niños; la alegría fue apagada. Los habitantes del lugar se marcharon. El caserío desierto solo ofrecía agujeros de todos los tamaños en las construcciones de barro y guano.
Es esos días la operación Saludando Octubre, efectuada por la FAPLA contra la principal agrupación de la UNITA, estaba llegando a su fin, debido al agotamiento de las tropas de la FAPLA, causado por los ritmos de ofensiva mantenidos durante el desplazamiento de las unidades desde Cuito Cuanavale hasta el naciente del río Lomba.
En estas difíciles condiciones, las FAPLA tenían que hacer frente a la ofensiva lanzada por las tropas sudafricanas, unidades de las Fuerzas del Territorio Namibia y fuerzas regulares y semirregulares de la UNITA en las márgenes del Río Lomba. Hasta ese momento, el enemigo no había aceptado el combate frontal y se replegaba continuamente ante el avance de las fuerzas FAPLA, apenas sin ofrecer resistencia táctica con la que logró el agotamiento de los combatientes de las FAPLA y el alejamiento de su retaguardia, lo que permitió oficialmente inicial la contraofensiva.
La actuación de las tropas sudafricanas en la referida región no era causal, respondía a un bien concebido plan del alto mando de Pretoria, el cual tenía previamente preparadas y ubicadas a sus tropas élites para asestar el golpe de gracia a las FAPLA cuando estas llegaran al lugar preciso y en el momento oportuno en el que el desgaste físico – moral facilitara su aniquilamiento y, una vez logrado esto, exigir entonces el cese de la ayuda a la SWAPO, la reconciliación con la UNITA y la retirada de las tropas cubanas de Angola.
Para lograr sus objetivos, los sudafricanos comenzaron a asestar golpes con su aviación, ataques y golpes de mano contra las tropas de las FAPLA, las cuales no fueron aniquiladas gracias a un conjunto de medidas tomadas que posibilitaron la reagrupación de las unidades y el repliegue hacia las nacientes de los ríos Cuzizi y Vimpulo y el posterior paso a la defensa en las proximidades de Cuito Cuanavale (fundamentalmente al este), así como el apoyo y asesoramiento de las tropas cubanas.
Desde su llegada a la región de Cuito Cuanavale, las tropas de la FAPLA se vieron sometidas al feroz hostigamiento del enemigo sudafricano, principalmente su artillería de largo alcance de 155 mm de los tipos G – 5 y G- 6 y los lanzacohetes múltiples Valkiria, así como a los frecuentes golpes de su aviación.
Por su parte, la UNITA había continuado concentrando sus esfuerzos principales en el hostigamiento a las unidades de las FAPLA dislocadas en la región de Cuito Cuanavale, sobre todo a las ubicadas al este del río Cuito, amenazaban seriamente en tomar el poblado y asestar una derrota total a las FAPLA, en cooperación con las tropas sudafricanas. A su vez, para impedir el abastecimiento de las FAPLA, la UNITA incremento las acciones de embocadas y minados en el itinerario Menongue – Cuito Cuanavale.
Para las FAPLA, la situación exigía no solo la realización de grandes esfuerzos materiales y morales que pusieran en tensión todo el potencial económico, militar y político del país, sino firmeza y habilidad en el mando para salvar la agrupación de fuerzas y medios y evitar que el enemigo ocupara Cuito Cuanavale, hecho que en terreno militar hubiera presentado una destrucción para las fuerzas asediadas y una derrota cuya recuperación política pondría en desventaja a la revolución angolana y al MPLA – Partido del Trabajo, frente a su más poderoso enemigo, la UNITA.
En los días posteriores, se reforzó el grupo operativo con otros oficiales, y se completó el personal de seguridad hasta llegar a una compañía de tropas especiales.
El enemigo con su aviación y el fuego de la artillería hostigaba las posiciones de la FAPLA, empleando un promedio diario de 100 – 120 proyectiles de artillería de diferentes calibres. Simultáneamente realizaba ataques terrestres limitados a las posiciones FAPLA. Llegaron hasta las inmediaciones de su borde delantero. Concentraba especial atención en la destrucción del puente existente sobre el río Cuito, empleaban para ellos cohetes alados y aviones sin pilotos, con el objetivo de dividir la agrupación defensiva, aislar las fuerzas que se defendían al este del río y aniquilarlas.
El mando angolano – cubano, al apreciar la situación, comprendió que los sudafricanos pretendían ir debilitando gradualmente las fuerzas FAPLA, desmoralizarlas, habituarlas a los ataques limitados y con posterioridad aniquilarlas mediante un ataque generalizado. Por esto, se adoptaron medidas que garantizaran la vitalidad de la defensa, entre las que se destacaban la creación de un sistema único de exploración, la respuesta adecuada a los hostigamientos aéreos y artilleros, con el fin de impedirles que machacaran impunemente a las fuerzas que se defendían.
Los combates: un bautismo de fuego.
13 de enero
En horas de la madrugada, las tropas sudafricanas dan inicio a un ataque contra las posiciones de la FAPLA de la 21 y 59 brigadas, caracterizado por fuertes y contundentes asaltos de fuego de artillería de los tipos G – 5 y G- 6 y Valkiria, golpes de aviación y el sucesivo ataque de la infantería y los tanques.
Tras un intenso combate, que dura alrededor de tres horas, aprovechando un intervalo entre las brigadas FAPLA, las fuerzas enemigas logran salir a la profundidad de estas.
Las tropas de la 21 Brigada, luego de una tenaz resistencia, se repliegan a posiciones más ventajosas en la profundidad de la defensa y el enemigo ocupa momentáneamente las posiciones abandonas. Trascurridas varias horas, la 21 Brigada recupera estas posiciones.
14 de enero
Durante todo el día, el enemigo continúa los asaltos de fuego mediante de artillería de largo alcance, artillería reactiva y morteros.
Alrededor de las 10:00 hrs. se detectan cuatro columnas de blindados compuestas por unos 30 tanques y 60 transportadores, en orden precombatito en dirección nordeste, a unos 24 Km. de Cuito Cuanavale.
Dos horas más tarde, el enemigo ataca nuevamente por intervalos entre la 21 y la 59 Brigadas, apoyado por el fuego de su artillería. A pesar de la tenaz resistencia de las fuerzas que se defienden, el atacante logra penetrar en las posiciones de la FAPLA y maniobrar hacia el flanco y la retaguardia de la 59 Brigada, la cual, después de combatir dos horas en condiciones de semicerco contra fuerzas superiores, se reagrupa, lleva a cabo un contraataque y logra penetrar en las líneas enemigas. Se desarrolla entonces un combate de tanques.
En esta acción, los tanguistas y la infantería de acompañamiento dieron grandes pruebas de valor y decisión de vencer, al frustrar los planes de fuerzas muy superiores que tenían en su composición más de 100 carros blindados. Al atardecer, el enemigo cesa el ataque y comienza retirarse.
Ante la gravedad de la situación y con el objetivo de fortalecer la defensa en la dirección de Cuito Cuanavale, el alto mando de las FAR decidió enviar un grupo táctico, que llegó a la zona de operaciones el 17 de enero. De inmediato, ocupó las posiciones asignadas y comenzó a ejecutar tareas organizativas y de preparación de las acciones combativas, especialmente los trabajos ingenieros de las áreas de defensa, la exploración aérea y la defensa antiaérea.
Por otro lado, el enemigo sudafricano continuaba hostigando con su artillería de largo alcance a las tropas FAPLA y a partir del día 27, la aviación incrementaba los bombardeos en el frente de la 21 Brigada y asestaba golpes los días 29 de enero, y 3, 4, 6 y 9 de febrero.
El mando angolano – cubano, ante la situación creada, decidía retirar la agrupación de las tropas FAPLA hacia nuevas posiciones y adoptó medidas tendentes a fortalecer la estabilidad de la defensa.
19 y 20 de febrero
Durante el día 19, la artillería de largo alcance del enemigo hostiga la región de la 25 Brigada al este del río Cuito, y al amanecer del 2 inicia el hostigamiento contra la referida Brigada. A las 11:45 hrs. se detecta un movimiento del enemigo a unos 17 – 20 Km. al este, por lo que se decide realizar la exploración aérea en esta zona.
A las 12.20 hrs., el enemigo al aparecer UNITA con una composición no determinada, ataca por el flanco derecho de la 59 Brigada; medida hora más tarde, cuatro aviones enemigos bombardean áreas situadas a 13 Km. al nordeste de Cuito Cuanavale; una hora después otros tres aviones atacan las posiciones del grupo táctico cubano en Longa.
Al caer la tarde, el batallón del flanco derecho de la 59 Brigada se repliega ante la presión que ejerce el enemigo en su frente. El mando angolano-cubano ordena resistir a toda costa y maniobrar con las fuerzas y los medios.
Para la 01:00 h del 20, el enemigo cesa el ataque, los destacamentos del grupo táctico cubano salen a las líneas de fuego planificadas en la margen oeste del río Cuito, y amenazan fuertemente a la agrupación enemiga.
A las 16:50, el enemigo reinicia el ataque a las posiciones de la 25 Brigada y sus aviones asestan golpes sobre la región de defensa de fuerzas enemigas, lanzando golpes contra ellas.
Por su parte, la aviación cubana intensifica los vuelos de exploración en la región y, en varias ocasiones, al detectar columnas de fuerzas enemiga, lanzan golpes contra ellas.
El 21 de febrero nuestros aguerridos pilotos descubren y atacan una agrupación de tropas enemigas compuestas por tanques Centurión, carros blindados AML – 60 y camiones blindados de tipo Casspir, y le causa fuertes bajas. El duelo de artillería se mantiene durante los días 21 y 25 de febrero; así mismo la aviación enemiga bombardea nuestras posiciones entre el 23 y 24.
25 de febrero
La 25 y 29 Brigada con el esfuerzo recibido de oficiales zapadores cubanos, inician la instalación de campos de minas en el borde delantero en la línea Capamba – Cabarata. Bajo un inmenso fuego enemigo las tropas angolanas, dirigidas por los cubanos logran incrementar notoriamente los trabajos ingenieros. El día 24 se produce un fuerte hostigamiento artillero con cañones G – 5 enemigos y la aviación sudafricana bombardea las posiciones de las FAPLA.
Ese mismo día en horas de la noche, se ordena el repliegue de la 59 Brigada hacia el oeste del Río Cuito, mientras que la 25 debía hacer lo mismo y ocupar nuevas posiciones, mas cercanas al puente, así dejar formada una cabeza de puente en el sector este de la defensa de Cuito Cuanavale.
En la madrugada del 25 el enemigo comienza a iluminar con bengalas las posiciones abandonadas horas antes por la 25 y la 59 Brigadas; dos horas después, inicia el ataque contra esas posiciones, pero en su avance cae en los campos minados y bajo el fuego de la artillería de las FAPLA se ve obligado a avanzar desorganizadamente con lo que se evidencia su gran desconcierto.
Durante la tarde y hasta horas avanzadas de la noche de ese día se continúan percibiendo las explosiones provocadas por los blindados enemigos al accionar las minas.
Ese día 25 el principal factor que contribuyó a esta victoria de las FAPLA, asesoradas por el personal cubano, fue la sorpresa, lograda cuando la 25 y la 59 Brigadas abandonan secretamente sus posiciones y refuerzan los campos de minas con trampas y sectores minados de forma irregular.
1ro de marzo
A pesar del fuerte golpe recibido, los sudafricanos no cejan en su empeño de ocupar Cuito Cuanavale; poco después del mediodía del 1ro de marzo, lanzan de nuevo un ataque sobre las posiciones de la 25 Brigada, pero por segunda ocasión caen en los campos de minas y bajo el fuego de la artillería de las FAPLA, y experimentan grandes bajas en personal y técnica blindada.
Una hora más tarde, se ven obligados a retirarse nuevamente sin haber podido llegar al borde delantero de la defensa de la 25 Brigada.En este combate, las FAPLA hicieron gala de una elevada moral combativa y de una adecuada preparación para rechazar el ataque, consecuencia lógica de la victoria en los combates anteriores y del perfeccionamiento de su maestría combativa.
23 de marzo
Durante los días 20 y 21 de marzo, la aviación sudafricana volvía a lanzar su mortífera carga sobre las posiciones de la 25 Brigada, fundamentalmente contra su borde delantero. Estas acciones serían el preludio a las iniciadas el memorable 23 de marzo.
Ese día, muy temprano, el enemigo lleva a cabo intensos asaltos de fuego contra la posición de la 25 Brigada, tras lo cual ataca en dirección al flanco derecho de la defensa pero ante el certero fuego de la artillería de las FAPLA se ve precisado a desviar la dirección de ataque hacia el flanco izquierdo; esta maniobra también le falla, sus tanques caen en los campos de minas y tiene sus primeras bajas. Esto, unido a los efectos del fuego de la artillería de tiro directo, incrementa sus pérdidas en personal.
En el flanco izquierdo de la 25 Brigada, las tropas del enemigo sufren también grandes pérdidas: varios tanques y carros blindados, entre ellos tres Olifant. Al oeste del río fuerzas de la UNITA atacan al 3 Batallón de la 13 Brigada en la región de Cutucio, y a un batallón de la 36 Brigada al norte de Cuito Cuanavale, en ambos casos, las FAPLA no solo los rechazan, sino que les ocasionan sensibles pérdidas.
A las 16:00 hrs. cesaba el combate, si bien el hostigamiento continuaba hasta las 22:00 hrs. Para que se tenga una idea de la magnitud del combate, baste decir que el enemigo arrojó 700 proyectiles de cañón G - 5, 36 cohetes Valkirie y 66 granadas de mortero.
Por su parte la artillería cubana y angolana lanzaron 627 proyectiles de obús 122 mm, 677 cohetes de BM-21 y 499 proyectiles de cañón 130 mm.
Una vez más en este combate nuestros pilotos hicieron gala de su maestría combativa y su heroísmo al asestar efectivos golpes contra el segundo escalón y las reservas del enemigo, al que ocasionó grandes pérdidas.
La Batalla de Cuito Cuanavale, no concluyó con este combate, sino fue extinguiéndose gradualmente, y con los fuertes golpes asestados a las fuerzas sudafricanas en la dirección Tchipa-Calueque, se crearían las condiciones para imponerles la voluntad de las tropas a los sudafricanos y obligarlos a retirar la agrupación de fuerzas del territorio de la República Popular de Angola.
El heroísmo desplegado los compatriotas, angolanos y namibios queda sintetizado en una frase escrita por uno de los invasores en los restos de un edificio en ruinas en el escenario de la batalla: "Los MIG 23 nos partieron el corazón".
Reflexiones finales
En Cuito Cuanavale la Revolución Cubana
se jugó todo, se jugó su propia existencia, se arriesgó a una batalla
en gran escala contra una de las potencias más fuertes de las ubicadas
en la zona del Tercer Mundo,
contra una de las potencias más ricas, con un importante desarrollo
industrial y tecnológico, armada hasta los dientes, a esa distancia de
nuestro pequeño país y con nuestros recursos, con nuestras armas. Se
corrió el riesgo de debilitar nuestras defensas, y debilitamos nuestras
defensas, utilizamos nuestros barcos, única y exclusivamente nuestros
barcos y nuestros medios para cambiar esa correlación de fuerzas que
hiciera posible el éxito de los combates; porque a tanta distancia no se
sabe si se libró alguna vez alguna guerra entre un país tan pequeño y
una potencia como la que poseían los racistas sudafricanos.
Cuito Cuanavale es el lugar que se hizo histórico, pero las operaciones se extendieron a lo largo de toda una línea de cientos de kilómetros y se derivó de ellas un movimiento hacia el suroeste de Angola de gran importancia estratégica. Todo eso se simboliza con el nombre de Cuito Cuanavale, que fue donde empezó la crisis; pero alrededor de 40 000 soldados cubanos y angolanos con más de 500 tanques, cientos de cañones y alrededor de 1 000 armas antiaéreas, en su inmensa mayoría armas antiaéreas nuestras que sacaron de allí avanzaron en dirección a Namibia, apoyados por nuestra aviación y un aeropuerto de avanzada construido en cuestión de semanas.
En Cuito Cuanvale se hubieran podido tener grandes batallas, pero era mejor, ante la nueva situación, resolver en la mesa de negociaciones el problema del respeto a la integridad de Angola y la independencia de Namibia. Aquellos acontecimientos habrían de influir profundamente en la propia vida de África del Sur, y era una de las razones, una de las motivaciones, uno de los grandes estímulos que impulsaban; porque al resolver el problema en Angola, las fuerzas que luchaban contra el apartheid recibirían también los beneficios de nuestras luchas.
En Cuito Cuanavale se reafirmó una vez más la hermandad combativa de las Fuerzas Armadas de Cuba y Angola, la solidaridad revolucionaria de ambos pueblos y sus respectivos partidos.
Allí, la voluntad de lucha del pueblo angolano por su libertad, independencia y soberanía nacional, tuvo como dignos exponentes a los combatientes de las FAPLA, quienes se distinguieron por su heroísmo, sacrificio y capacidad de resistencia.
Brilló con luz propia la elevada capacidad, moral combativa y maestría militar de los jefes, oficiales y soldados de las tropas angolano-cubanas y quedó demostrada sin lugar a dudas la superioridad aérea, antiaérea y terrestre de sus fuerzas.
Tuvo una singular importancia la vitalidad de la defensa, lograda con la creación de un bien coordinado sistema de fortificaciones y obstáculos ingenieros explosivos y no explosivos y con el perfeccionamiento del mando conjunto de las tropas angolano - cubanas.
Historia de Angola. (1979) Ciudad de La Habana: Ed: Ciencias Sociales.
La guerra de Angola (1989). La Habana: Editorial política.
ORAMAS, OSCAR. (1978) Angola, ha nacido una nueva generación. Ciudad de la Habana: Ed: Ciencias Sociales.
Contenido |
El escenario
Su vegetación es semidesértica y está formado por arbustos espinosos y árboles de mediana altura que, según se alejan al este, van aumentando de tamaño hasta formar aislados zonas boscosas.
A finales de 1987 Cuito Cuanavale era uno de los poblados más tristes del mundo. No se escuchaba el canto de los niños; la alegría fue apagada. Los habitantes del lugar se marcharon. El caserío desierto solo ofrecía agujeros de todos los tamaños en las construcciones de barro y guano.
Prólogo a las acciones
Durante la segunda quincena del mes de octubre de 1987, en la dirección Menongue – Cuito Cuanavale, se observaba un incremento en la actividad de la aviación sudafricana, la cual había realizado ataques contra las unidades de la FAPLA y contra localidades de la provincia de Cuando Cubango.Es esos días la operación Saludando Octubre, efectuada por la FAPLA contra la principal agrupación de la UNITA, estaba llegando a su fin, debido al agotamiento de las tropas de la FAPLA, causado por los ritmos de ofensiva mantenidos durante el desplazamiento de las unidades desde Cuito Cuanavale hasta el naciente del río Lomba.
En estas difíciles condiciones, las FAPLA tenían que hacer frente a la ofensiva lanzada por las tropas sudafricanas, unidades de las Fuerzas del Territorio Namibia y fuerzas regulares y semirregulares de la UNITA en las márgenes del Río Lomba. Hasta ese momento, el enemigo no había aceptado el combate frontal y se replegaba continuamente ante el avance de las fuerzas FAPLA, apenas sin ofrecer resistencia táctica con la que logró el agotamiento de los combatientes de las FAPLA y el alejamiento de su retaguardia, lo que permitió oficialmente inicial la contraofensiva.
La actuación de las tropas sudafricanas en la referida región no era causal, respondía a un bien concebido plan del alto mando de Pretoria, el cual tenía previamente preparadas y ubicadas a sus tropas élites para asestar el golpe de gracia a las FAPLA cuando estas llegaran al lugar preciso y en el momento oportuno en el que el desgaste físico – moral facilitara su aniquilamiento y, una vez logrado esto, exigir entonces el cese de la ayuda a la SWAPO, la reconciliación con la UNITA y la retirada de las tropas cubanas de Angola.
Para lograr sus objetivos, los sudafricanos comenzaron a asestar golpes con su aviación, ataques y golpes de mano contra las tropas de las FAPLA, las cuales no fueron aniquiladas gracias a un conjunto de medidas tomadas que posibilitaron la reagrupación de las unidades y el repliegue hacia las nacientes de los ríos Cuzizi y Vimpulo y el posterior paso a la defensa en las proximidades de Cuito Cuanavale (fundamentalmente al este), así como el apoyo y asesoramiento de las tropas cubanas.
Desde su llegada a la región de Cuito Cuanavale, las tropas de la FAPLA se vieron sometidas al feroz hostigamiento del enemigo sudafricano, principalmente su artillería de largo alcance de 155 mm de los tipos G – 5 y G- 6 y los lanzacohetes múltiples Valkiria, así como a los frecuentes golpes de su aviación.
Por su parte, la UNITA había continuado concentrando sus esfuerzos principales en el hostigamiento a las unidades de las FAPLA dislocadas en la región de Cuito Cuanavale, sobre todo a las ubicadas al este del río Cuito, amenazaban seriamente en tomar el poblado y asestar una derrota total a las FAPLA, en cooperación con las tropas sudafricanas. A su vez, para impedir el abastecimiento de las FAPLA, la UNITA incremento las acciones de embocadas y minados en el itinerario Menongue – Cuito Cuanavale.
Para las FAPLA, la situación exigía no solo la realización de grandes esfuerzos materiales y morales que pusieran en tensión todo el potencial económico, militar y político del país, sino firmeza y habilidad en el mando para salvar la agrupación de fuerzas y medios y evitar que el enemigo ocupara Cuito Cuanavale, hecho que en terreno militar hubiera presentado una destrucción para las fuerzas asediadas y una derrota cuya recuperación política pondría en desventaja a la revolución angolana y al MPLA – Partido del Trabajo, frente a su más poderoso enemigo, la UNITA.
Ante la difícil situación que se hallaban las tropas de las FAPLA y al solicitud de apoyo hecha por el gobierno angolano, el alto mando de las FAR decidió enviar a Cuito Cuanavale un grupo operativo del Estado Mayor de la Misión Militar, el cual se encargaría de colaborar con las FAPLA en la organización de la defensa. A tales efectos se propuso los objetivos siguientes:
- Mantener a toda costa la defensa de Cuito Cuanavale y garantizar que el poblado no fuera ocupado por el enemigo.
- Analizar la situación y el aseguramiento combativo de las tropas de la FAPLA y, en coordinación con su mando, estudiar y adoptar las medidas necesarias para asegurar la estabilidad de la defensa.
- Mantener informada a la Jefatura de la Misión Militar Cubana sobre la situación de la región.
- Valorar integralmente la situación y proponer al mando qué medidas tomar de inmediato.
En los días posteriores, se reforzó el grupo operativo con otros oficiales, y se completó el personal de seguridad hasta llegar a una compañía de tropas especiales.
Las acciones combativas
A principios de diciembre de 1987, el alto mando de las fuerzas armadas sudafricanas había creado una fuerte agrupación de fuerzas y medios que, según su apreciación, le permitirían obtener la victoria en Cuito Cuanavale. Esta agrupación de fuerzas élites estaba compuesta por infantería, tanques, infantería mecanizada, artillería de largo alcance, armamento de alta precisión y artillería antiaérea, apoyada por la aviación de combate.El enemigo con su aviación y el fuego de la artillería hostigaba las posiciones de la FAPLA, empleando un promedio diario de 100 – 120 proyectiles de artillería de diferentes calibres. Simultáneamente realizaba ataques terrestres limitados a las posiciones FAPLA. Llegaron hasta las inmediaciones de su borde delantero. Concentraba especial atención en la destrucción del puente existente sobre el río Cuito, empleaban para ellos cohetes alados y aviones sin pilotos, con el objetivo de dividir la agrupación defensiva, aislar las fuerzas que se defendían al este del río y aniquilarlas.
El mando angolano – cubano, al apreciar la situación, comprendió que los sudafricanos pretendían ir debilitando gradualmente las fuerzas FAPLA, desmoralizarlas, habituarlas a los ataques limitados y con posterioridad aniquilarlas mediante un ataque generalizado. Por esto, se adoptaron medidas que garantizaran la vitalidad de la defensa, entre las que se destacaban la creación de un sistema único de exploración, la respuesta adecuada a los hostigamientos aéreos y artilleros, con el fin de impedirles que machacaran impunemente a las fuerzas que se defendían.
Los combates: un bautismo de fuego.
13 de enero
En horas de la madrugada, las tropas sudafricanas dan inicio a un ataque contra las posiciones de la FAPLA de la 21 y 59 brigadas, caracterizado por fuertes y contundentes asaltos de fuego de artillería de los tipos G – 5 y G- 6 y Valkiria, golpes de aviación y el sucesivo ataque de la infantería y los tanques.
Tras un intenso combate, que dura alrededor de tres horas, aprovechando un intervalo entre las brigadas FAPLA, las fuerzas enemigas logran salir a la profundidad de estas.
Las tropas de la 21 Brigada, luego de una tenaz resistencia, se repliegan a posiciones más ventajosas en la profundidad de la defensa y el enemigo ocupa momentáneamente las posiciones abandonas. Trascurridas varias horas, la 21 Brigada recupera estas posiciones.
14 de enero
Durante todo el día, el enemigo continúa los asaltos de fuego mediante de artillería de largo alcance, artillería reactiva y morteros.
Alrededor de las 10:00 hrs. se detectan cuatro columnas de blindados compuestas por unos 30 tanques y 60 transportadores, en orden precombatito en dirección nordeste, a unos 24 Km. de Cuito Cuanavale.
Dos horas más tarde, el enemigo ataca nuevamente por intervalos entre la 21 y la 59 Brigadas, apoyado por el fuego de su artillería. A pesar de la tenaz resistencia de las fuerzas que se defienden, el atacante logra penetrar en las posiciones de la FAPLA y maniobrar hacia el flanco y la retaguardia de la 59 Brigada, la cual, después de combatir dos horas en condiciones de semicerco contra fuerzas superiores, se reagrupa, lleva a cabo un contraataque y logra penetrar en las líneas enemigas. Se desarrolla entonces un combate de tanques.
En esta acción, los tanguistas y la infantería de acompañamiento dieron grandes pruebas de valor y decisión de vencer, al frustrar los planes de fuerzas muy superiores que tenían en su composición más de 100 carros blindados. Al atardecer, el enemigo cesa el ataque y comienza retirarse.
Ante la gravedad de la situación y con el objetivo de fortalecer la defensa en la dirección de Cuito Cuanavale, el alto mando de las FAR decidió enviar un grupo táctico, que llegó a la zona de operaciones el 17 de enero. De inmediato, ocupó las posiciones asignadas y comenzó a ejecutar tareas organizativas y de preparación de las acciones combativas, especialmente los trabajos ingenieros de las áreas de defensa, la exploración aérea y la defensa antiaérea.
Por otro lado, el enemigo sudafricano continuaba hostigando con su artillería de largo alcance a las tropas FAPLA y a partir del día 27, la aviación incrementaba los bombardeos en el frente de la 21 Brigada y asestaba golpes los días 29 de enero, y 3, 4, 6 y 9 de febrero.
El mando angolano – cubano, ante la situación creada, decidía retirar la agrupación de las tropas FAPLA hacia nuevas posiciones y adoptó medidas tendentes a fortalecer la estabilidad de la defensa.
19 y 20 de febrero
Durante el día 19, la artillería de largo alcance del enemigo hostiga la región de la 25 Brigada al este del río Cuito, y al amanecer del 2 inicia el hostigamiento contra la referida Brigada. A las 11:45 hrs. se detecta un movimiento del enemigo a unos 17 – 20 Km. al este, por lo que se decide realizar la exploración aérea en esta zona.
A las 12.20 hrs., el enemigo al aparecer UNITA con una composición no determinada, ataca por el flanco derecho de la 59 Brigada; medida hora más tarde, cuatro aviones enemigos bombardean áreas situadas a 13 Km. al nordeste de Cuito Cuanavale; una hora después otros tres aviones atacan las posiciones del grupo táctico cubano en Longa.
Al caer la tarde, el batallón del flanco derecho de la 59 Brigada se repliega ante la presión que ejerce el enemigo en su frente. El mando angolano-cubano ordena resistir a toda costa y maniobrar con las fuerzas y los medios.
Para la 01:00 h del 20, el enemigo cesa el ataque, los destacamentos del grupo táctico cubano salen a las líneas de fuego planificadas en la margen oeste del río Cuito, y amenazan fuertemente a la agrupación enemiga.
A las 16:50, el enemigo reinicia el ataque a las posiciones de la 25 Brigada y sus aviones asestan golpes sobre la región de defensa de fuerzas enemigas, lanzando golpes contra ellas.
Por su parte, la aviación cubana intensifica los vuelos de exploración en la región y, en varias ocasiones, al detectar columnas de fuerzas enemiga, lanzan golpes contra ellas.
El 21 de febrero nuestros aguerridos pilotos descubren y atacan una agrupación de tropas enemigas compuestas por tanques Centurión, carros blindados AML – 60 y camiones blindados de tipo Casspir, y le causa fuertes bajas. El duelo de artillería se mantiene durante los días 21 y 25 de febrero; así mismo la aviación enemiga bombardea nuestras posiciones entre el 23 y 24.
25 de febrero
La 25 y 29 Brigada con el esfuerzo recibido de oficiales zapadores cubanos, inician la instalación de campos de minas en el borde delantero en la línea Capamba – Cabarata. Bajo un inmenso fuego enemigo las tropas angolanas, dirigidas por los cubanos logran incrementar notoriamente los trabajos ingenieros. El día 24 se produce un fuerte hostigamiento artillero con cañones G – 5 enemigos y la aviación sudafricana bombardea las posiciones de las FAPLA.
Ese mismo día en horas de la noche, se ordena el repliegue de la 59 Brigada hacia el oeste del Río Cuito, mientras que la 25 debía hacer lo mismo y ocupar nuevas posiciones, mas cercanas al puente, así dejar formada una cabeza de puente en el sector este de la defensa de Cuito Cuanavale.
En la madrugada del 25 el enemigo comienza a iluminar con bengalas las posiciones abandonadas horas antes por la 25 y la 59 Brigadas; dos horas después, inicia el ataque contra esas posiciones, pero en su avance cae en los campos minados y bajo el fuego de la artillería de las FAPLA se ve obligado a avanzar desorganizadamente con lo que se evidencia su gran desconcierto.
Durante la tarde y hasta horas avanzadas de la noche de ese día se continúan percibiendo las explosiones provocadas por los blindados enemigos al accionar las minas.
Ese día 25 el principal factor que contribuyó a esta victoria de las FAPLA, asesoradas por el personal cubano, fue la sorpresa, lograda cuando la 25 y la 59 Brigadas abandonan secretamente sus posiciones y refuerzan los campos de minas con trampas y sectores minados de forma irregular.
1ro de marzo
A pesar del fuerte golpe recibido, los sudafricanos no cejan en su empeño de ocupar Cuito Cuanavale; poco después del mediodía del 1ro de marzo, lanzan de nuevo un ataque sobre las posiciones de la 25 Brigada, pero por segunda ocasión caen en los campos de minas y bajo el fuego de la artillería de las FAPLA, y experimentan grandes bajas en personal y técnica blindada.
Una hora más tarde, se ven obligados a retirarse nuevamente sin haber podido llegar al borde delantero de la defensa de la 25 Brigada.En este combate, las FAPLA hicieron gala de una elevada moral combativa y de una adecuada preparación para rechazar el ataque, consecuencia lógica de la victoria en los combates anteriores y del perfeccionamiento de su maestría combativa.
23 de marzo
Durante los días 20 y 21 de marzo, la aviación sudafricana volvía a lanzar su mortífera carga sobre las posiciones de la 25 Brigada, fundamentalmente contra su borde delantero. Estas acciones serían el preludio a las iniciadas el memorable 23 de marzo.
Ese día, muy temprano, el enemigo lleva a cabo intensos asaltos de fuego contra la posición de la 25 Brigada, tras lo cual ataca en dirección al flanco derecho de la defensa pero ante el certero fuego de la artillería de las FAPLA se ve precisado a desviar la dirección de ataque hacia el flanco izquierdo; esta maniobra también le falla, sus tanques caen en los campos de minas y tiene sus primeras bajas. Esto, unido a los efectos del fuego de la artillería de tiro directo, incrementa sus pérdidas en personal.
En el flanco izquierdo de la 25 Brigada, las tropas del enemigo sufren también grandes pérdidas: varios tanques y carros blindados, entre ellos tres Olifant. Al oeste del río fuerzas de la UNITA atacan al 3 Batallón de la 13 Brigada en la región de Cutucio, y a un batallón de la 36 Brigada al norte de Cuito Cuanavale, en ambos casos, las FAPLA no solo los rechazan, sino que les ocasionan sensibles pérdidas.
A las 16:00 hrs. cesaba el combate, si bien el hostigamiento continuaba hasta las 22:00 hrs. Para que se tenga una idea de la magnitud del combate, baste decir que el enemigo arrojó 700 proyectiles de cañón G - 5, 36 cohetes Valkirie y 66 granadas de mortero.
Por su parte la artillería cubana y angolana lanzaron 627 proyectiles de obús 122 mm, 677 cohetes de BM-21 y 499 proyectiles de cañón 130 mm.
Una vez más en este combate nuestros pilotos hicieron gala de su maestría combativa y su heroísmo al asestar efectivos golpes contra el segundo escalón y las reservas del enemigo, al que ocasionó grandes pérdidas.
La Batalla de Cuito Cuanavale, no concluyó con este combate, sino fue extinguiéndose gradualmente, y con los fuertes golpes asestados a las fuerzas sudafricanas en la dirección Tchipa-Calueque, se crearían las condiciones para imponerles la voluntad de las tropas a los sudafricanos y obligarlos a retirar la agrupación de fuerzas del territorio de la República Popular de Angola.
El heroísmo desplegado los compatriotas, angolanos y namibios queda sintetizado en una frase escrita por uno de los invasores en los restos de un edificio en ruinas en el escenario de la batalla: "Los MIG 23 nos partieron el corazón".
Reflexiones finales
En Cuito Cuanavale la Revolución Cubana
se jugó todo, se jugó su propia existencia, se arriesgó a una batalla
en gran escala contra una de las potencias más fuertes de las ubicadas
en la zona del Tercer Mundo,
contra una de las potencias más ricas, con un importante desarrollo
industrial y tecnológico, armada hasta los dientes, a esa distancia de
nuestro pequeño país y con nuestros recursos, con nuestras armas. Se
corrió el riesgo de debilitar nuestras defensas, y debilitamos nuestras
defensas, utilizamos nuestros barcos, única y exclusivamente nuestros
barcos y nuestros medios para cambiar esa correlación de fuerzas que
hiciera posible el éxito de los combates; porque a tanta distancia no se
sabe si se libró alguna vez alguna guerra entre un país tan pequeño y
una potencia como la que poseían los racistas sudafricanos.Cuito Cuanavale es el lugar que se hizo histórico, pero las operaciones se extendieron a lo largo de toda una línea de cientos de kilómetros y se derivó de ellas un movimiento hacia el suroeste de Angola de gran importancia estratégica. Todo eso se simboliza con el nombre de Cuito Cuanavale, que fue donde empezó la crisis; pero alrededor de 40 000 soldados cubanos y angolanos con más de 500 tanques, cientos de cañones y alrededor de 1 000 armas antiaéreas, en su inmensa mayoría armas antiaéreas nuestras que sacaron de allí avanzaron en dirección a Namibia, apoyados por nuestra aviación y un aeropuerto de avanzada construido en cuestión de semanas.
En Cuito Cuanvale se hubieran podido tener grandes batallas, pero era mejor, ante la nueva situación, resolver en la mesa de negociaciones el problema del respeto a la integridad de Angola y la independencia de Namibia. Aquellos acontecimientos habrían de influir profundamente en la propia vida de África del Sur, y era una de las razones, una de las motivaciones, uno de los grandes estímulos que impulsaban; porque al resolver el problema en Angola, las fuerzas que luchaban contra el apartheid recibirían también los beneficios de nuestras luchas.
En Cuito Cuanavale se reafirmó una vez más la hermandad combativa de las Fuerzas Armadas de Cuba y Angola, la solidaridad revolucionaria de ambos pueblos y sus respectivos partidos.
Allí, la voluntad de lucha del pueblo angolano por su libertad, independencia y soberanía nacional, tuvo como dignos exponentes a los combatientes de las FAPLA, quienes se distinguieron por su heroísmo, sacrificio y capacidad de resistencia.
Brilló con luz propia la elevada capacidad, moral combativa y maestría militar de los jefes, oficiales y soldados de las tropas angolano-cubanas y quedó demostrada sin lugar a dudas la superioridad aérea, antiaérea y terrestre de sus fuerzas.
Tuvo una singular importancia la vitalidad de la defensa, lograda con la creación de un bien coordinado sistema de fortificaciones y obstáculos ingenieros explosivos y no explosivos y con el perfeccionamiento del mando conjunto de las tropas angolano - cubanas.
Fuentes
BAYO, ARMANDO (1961). África continente que despierta: La Habana: Capitolio Nacional.Historia de Angola. (1979) Ciudad de La Habana: Ed: Ciencias Sociales.
La guerra de Angola (1989). La Habana: Editorial política.
ORAMAS, OSCAR. (1978) Angola, ha nacido una nueva generación. Ciudad de la Habana: Ed: Ciencias Sociales.
No será noticia, a pesar de las noticias
Iroel Sánchez
Ayer se dieron a conocer los premios del
Concurso 26 de julio que convoca la Unión de Periodistas de Cuba. En
periodismo digital -donde integré el jurado junto a los colegas Yinett
Polanco, Francisco Rodríguez Cruz, Miguel Ernesto Gómez Masjuán y Diana
Domínguez- resultó ganador el reportaje hipermedia “Cuito Cuanavale, una gesta más allá del tiempo“, realizado por las jóvenes periodistas Susana Pérez Gil y Olivia Marín Álvarez y que publicara el diario Juventud Rebelde.
El reportaje
– tesis de graduación en la Facultad de Comunicación de la Universidad
de La Habana de estas profesionales tutoreadas por la profesora Leydis
García Chico- está dedicado a investigar un hecho protagonizado por
combatientes cubanos en el Sur de África que Nelson Mandela describió
como “el viraje para la lucha de liberación de mi continente y de mi
pueblo del flagelo del Apartheid”, algo que los grandes medios de
comunicación internacionales ignoran por completo en estos días en que
tanto hablan del líder sudafricano regodeándose en los elogios
oportunistas del presidente de Estados Unidos al luchador antirracista, y
ocultando que ese país mantuvo a Mandela en su lista de presuntos
terroristas hasta el año 2008.
Al reconocer este trabajo el jurado argumentó:
“En primer lugar
sobresale la exhaustiva investigación realizada, que nos acercó a un
tema de gran relevancia histórica. Los testimonios de protagonistas de
aquella gesta, recogidos por estas dos profesionales, así como la
recuperación de materiales publicados por la prensa, correctamente
clasificados e identificados, quedan como aportes esenciales.
“La organización de la
información del reportaje permite una fácil navegación entre los tres
núcleos de contenidos, en los que se dividió el trabajo. Las autoras
supieron imbricar los recursos multimediales, a través de videos,
galerías de imágenes y una infografía, con una amplia documentalidad,
propuesta mediante hipertextos. El atractivo diseño de las escenas—aquí
fue visible el trabajo en equipo, con el programador—fue otro elemento
sobresaliente del reportaje. La combinación entre el valor histórico, la
pertinencia de la investigación (el reportaje se publicó en la fecha en
que se cumplían 25 años de la batalla), y la acertada utilización de
los recursos hipermediales (incluida la interactividad, propuesta a
través de un perfil en Twitter y una página en Facebook) convirtieron a
este reportaje multimedia en un producto diferente y muy valioso.”
Pero me temo que ni la calidad
indiscutible de la investigación, ni su coincidencia con la lamentable
situación de salud que sufre por estos días Mandela, harán que el
trabajo de estas periodistas y su joven profesora atraigan el interés de
la gran prensa que, si se trata de Cuba, sólo sabe del “periodismo” de quienes el país que etiquetó a Madiba como terrorista paga y aplaude.
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