Dice la suiza Nathalie Vernaz que no está en contra de la industria farmacéutica, pero acaba de meterle una buena bofetada a su imagen pública. Su equipo acaba de demostrar que las farmacéuticas aumentan el coste de la sanidad pública mediante el evergreening, una estrategia presuntamente tramposa que funciona pese a su turbidez.
Una gran empresa farmacéutica invierte unos 700 millones de euros y
una docena de años en desarrollar un fármaco innovador, según las cifras
que suele airear la propia industria. Por ello, esa compañía puede
disfrutar de la patente en exclusiva durante un determinado número de
años. Sin embargo, las farmacéuticas intentan por todos los medios
perpetuar ese monopolio, blindando su producto cuando expira la patente
madre con nuevas patentes basadas en cambios mínimos y normalmente poco
innovadores, como nuevas indicaciones o aditivos.Su objetivo es bloquear
la entrada en el mercado de los medicamentos genéricos, con menor
precio y la misma eficacia.
El equipo de Vernaz, en una de las primeras investigaciones serias sobre el asunto, ha estudiado el coste del evergreening en
el sistema hospitalario de la región suiza de Ginebra. Analizando sólo
ocho de estos fármacos blindados con patentes menores, calculan que el
sistema nacional de salud se habría ahorrado 14,4 millones de euros
entre 2000 y 2008 si se hubieran sustituido por medicamentos genéricos.
Esta cifra supone un 8,4% del total gastado en la región sólo en estos
ocho fármacos, que incluyen la levocetirizina (un antihistamínico contra
la alergia), el escitalopram (un antidepresivo), el esomeprazol (un
protector del estómago) y la pregabalina (un anticonvulsivo).
Sólo han estudiado ocho casos, pero en revistas como el British Medical Journal se pueden consultar listas que incluyen medicamentos de todas las grandes farmacéuticas,
como Pfizer, Merck, Sanofi Aventis, Lilly, Novartis, Astrazeneca y GSK.
La estrategia es exitosa. Pese al auge de los medicamentos genéricos,
el número de pacientes de la región de Ginebra que recibió un
medicamento de marca o modificado mediante elevergreening aumentó desde casi 57.000 en 2001 a 131.000 en 2008.
El coste del ‘evergreening’
“Patentan productos nuevos que son ligeramente diferentes a los
originales. En la patente sólo se dice que son nuevos, no necesitan
demostrar que son más eficaces que los originales, que sí tienen
equivalentes genéricos”, explica Vernaz por teléfono en un excelente
español aprendido durante años de veraneo en las playas de Dénia
(Comunitat Valenciana).
“El estudio proporciona una prueba más de que las políticas de
reducción de costes a base de alentar la prescripción de medicamentos
genéricos, que suponen importantes ahorros, pueden ser anuladas por el
aumento de los costes de los medicamentos sometidos a evergreening”, alerta el trabajo, publicado hoy en la revista PLoS Medicine.
“Yo no digo que sean prácticas abusivas, digo que esto está
ocurriendo. Las autoridades y los hospitales deben saberlo para actuar
en consecuencia”, afirma Vernaz, farmacéutica especializada en la
economía de la salud que trabaja desde hace 10 años en el Hospital
Universitario de Ginebra. “Necesitamos la innovación de la industria,
pero una innovación que realmente beneficie a los ciudadanos. Con el
gasto que supone el evergreening se podría tratar a más pacientes”, recalca.
“El grueso del gasto farmacéutico se debe a los medicamentos de
marca, que actualmente suponen el 20% de todas las prescripciones en
EEUU, pero el 80% de los costes”, recuerda el médico Aaron Kesselheim en
un comentario también publicado en PLoS Medicine. Kesselheim, investigador de la Escuela Médica de Harvard en Boston (EEUU), estudió en 2006 el caso de tres medicamentos de marca:
el protector de estómago omeprazol, el antibiótico amoxicilina y la
metmorfina, indicada para la diabetes tipo 2. En los tres casos,
sostiene Kesselheim, sus monopolios del mercado se alargaron gracias a
una táctica que incluía llevar a los tribunales a sus competidores
genéricos y patentar cambios mínimos en los productos.
“Nosotros identificamos 1.500 millones de dólares en ingresos que
Medicaid, el programa de seguros de salud de EEUU para pacientes con
bajos ingresos, podría haberse ahorrado si las alternativas genéricas a
estos tres medicamentos hubiesen estado disponibles y hubieran sido
ampliamente utilizadas cuando expiró la patente del ingrediente activo”,
detalla.
Los investigadores suizos proponen que se invierta más en comparar la
eficacia de los medicamentos originales con la de los sometidos a evergreening,
para informar mejor a médicos y pacientes. Kesselheim también plantea
que estos productos patentados sin apenas innovaciones puedan disfrutar
de periodos de exclusividad en el mercado más cortos que los de los
medicamentos originales, como ya ocurre en India.
Tomado de inSurgente
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