Miguel Urbano.
La Asamblea de la República, el día 25 de Abril, se convirtió en
escenario de un espectáculo que fue ofensivo para el pueblo portugués.
Para conmemorar la fecha, Cavaco Silva y la presidenta de la Asamblea
pronunciaron allí discursos que fueron ejercicios de hipocresía....
Assunção Esteves, en una intervención ridícula, con pretensiones
académicas y literarias, al evocar la jornada de Abril realizó una
apología de la libertad y de la democracia para vincular ambas al
momento que se vive hoy en Portugal. En la contrarrevolución identifica
progreso, continuidad del proceso liberador.
Cavaco Silva se excedió en el cinismo. En un tono grandilocuente
abrió con una oda a Abril para cerrar, bajo los aplausos frenéticos de
los grupos del PSD y del CDS, con la justificación y la defensa de la
política del gobierno. Hizo recordar, por su fariseismo, los discursos
de Salazar.
Al final, con clavel al pecho, los enterradores de Abril cantaron
'Grândola Vila Morena'. En una mañana de pesadilla, el anfiteatro del
palacio que hace de Parlamento fue transformado en palco de un teatro
del absurdo.
Horas después, en las calles de Lisboa, bajando la Avenida da
Liberdade, una multitud representativa del pueblo portugués respondió a
la farsa reaccionaria, exigiendo la dimisión de la camarilla que oprime y
desgobierna el país. La protesta de las masas no tiene de momento
fuerza para barrer del poder a Passos y a sus ministros.
Utilizando los mecanismos de un sistema institucional controlado por
la clase dominante, el mismo Primer ministro se prepara para anunciar y
aplicar nuevas medidas contra los trabajadores.
Ellas configuran un desafío más al pueblo. Pero el desempleo
galopante, la miseria de centenares de miles de familias, en una
sociedad donde el hambre ya es una realidad, la convergencia de una
multiplicidad de sufrimientos, una angustia colectiva, anuncian la
proximidad de una situación de ruptura, en un desembocar de la
indignación de las masas.
La historia enseña que en la vida de los pueblos víctimas de una
opresión intolerable, las grandes luchas fermentan por tiempo variable
hasta que ellos se levantan en explosiones sociales victoriosas.
Entonces ejercen el derecho de resistencia y de rebelión -derecho que es
antiquísimo y consta en el artículo 2º de la Declaración Universal de
los Derechos del
Hombre y del Ciudadano promulgada por la Revolución Francesa de 1789.
Es el derecho a la resistencia contra la opresión económica y social,
derecho que, tras los horrores de la segunda guerra mundial, fue
incluido en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
(artículos 22 a 25). La Constitución de la República Portuguesa lo
menciona en el artículo 21, un derecho que el PSD y el CDS, en sucesivas
revisiones, no consiguieron eliminar de nuestra Ley Fundamental.
Repito: la opresión económica y social traspasó en Portugal los
niveles de lo soportable. Pero en el país no existen aún las condiciones
subjetivas para el ejercicio pleno y eficaz del derecho a la
resistencia.
Contribuir a su creación es hoy un deber de los comunistas. La
manifestación del Primero de Mayo dará continuidad a las protestas del
25 de Abril. Expresará, ciertamente, la indignación popular en una
atmósfera de combatividad creciente de las masas. Será un avance.
En grandes momentos de la Historia de Portugal el ejercicio del
derecho a la resistencia desembocó en la rebelión popular. Eso pasó en
las revoluciones de 1383 y 1640. Y en el levantamiento nacional del 25
de Abril de 1974.
Serpa, 28 de abril de 2013
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