14 años de colapso inminente en Venezuela
Si el desenlace final de la vida de Hugo Chávez era la crónica de una
muerte anunciada, la historia socio ecconómica de sus 14 años en el
poder (legitimados, dicho sea de paso, por una media de una consulta
popular al año de las que Chavez salió ganador en 13 ocasiones) es la
historia de colapso anunciado. Año tras año. Mes tras mes. Sólo que en
este caso, después de casi tres años de crecimiento y un fuerte aumento
del PIB del 5,7% en el 2012, el paciente se empeña en dar signos vitales
pese al diagnóstico....
Desde que Chávez llegó al poder en 1999, un consenso fabricado de
economistas allegados al poder multinacional, jefes de Estado
occidentales -incluido algun rey impulsivo-, medios de comunicación más
o menos interesados y organismos internacionales de sede en
Washington, han vaticinado insistentemente el inminente hundimiento de
un modelo económico basado en la nacionalización de las industrias
estratégicas y amplios programas sociales, que han transformado un país
–siempre identificado con extremos de pobreza y opulencia petrolera– en
el segundo más equitativo de la región después de Uruguay, según la
CEPAL. El Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticinaba cada año
problemas gordos para Venezuela, infravalorando el crecimiento del PIB
en nada menos que 10,6, 6,8 y 5,8 puntos porcentuales en sus previsiones
para los años 2004, 2005 y 2006, respectivamente.
Quizás los errores de análisis se debían al mosqueo monumental que se
sentía en Washington al ver que Venezuela encabezaba una serie de
países latinoamericanos que lograron librarse del yugo del fondo y sus
programas, y, aun más, al comprobar que los petrodólares bolivarianos
hubiesen sustituido al FMI como fuente de financiación e influencia
ideológica desde Quito a Buenos Aires pasando por La Paz. Pocos
periodistas presentes en el briefing celebrado en Washington la mañana
tras el intento de golpe contra Chavez el 12 de abril del 2002 se
olvidarán de las palabaras amables de Thomas Dawson, el portavoz del FMI
cuando dio la bienvenida al gobierno golpista de Pedro Carmona, jefe de
la asociación empresarial Fedecamara. ”Estamos dispuestos a trabajar
con el nuevo Gobierno”, dijo Dawson ante el asombro de los reporteros.
Pero, claro, en Madrid hay periodistas que tampoco se olvidarán jamás
aquel briefing una semana antes del secuestro presidencial, cuando
Francisco González , presidente del BBVA (PP), dijo que los dias de
Chavez estaban contados. La cronica de la muerte anunciada de Chavez ,
en realidad, se inició, 11 años antes en Madrid, Washington y algun
distrito de alto standing de Caracas.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) escribía sus crónicas de
desastre económico arremetiendo contra el uso irresponsable y
cortoplacista de los ingresos petroleros para financiar nuevas redes de
sanidad y enseñanza popular en las barriadas de Caracas. Era pan para
hoy hambre para mañana, insistía el ex economista jefe del BID, Ricardo
Hausmann, ahora catedrático de Harvard. Otro analista de gran peso
mediático, Moisés Naim, ha vaticinado año tras año el inminente colapso
del modelo chavista. “Chávez deja Venezuela sumida en una crisis
económica de enormes proporciones”, advirtió Naim el mes pasado en su
órgano español preferido El Pais citando un déficit fiscal del 20% del
PIB y la última devaluación del bolívar, que -según los articulos
sindicados de Naim publicados en una batería de medios influyentes-
convertirían una tasa de inflación ya elevada (el 23%, en el 2012, según
el FMI) en hiperinflación descontrolada, más fugas de capital y
quiebra.
Pero los análisis del colapso económico anunciado de Hausmann y Naim
tampoco son los más rigurosos, advierte Mark Weisbrot, economista del
Centro de Investigación sobre Política Económica en Washington (CEPR).
Cuando Hausmann sostiene que bajo Chávez, Venezuela ha registrado “el
crecimiento del PIB per cápita más bajo de la región después de Haití”,
incluye en su análisis la caída del 8% del PIB per cápita en 1998, antes
de que Chávez llegase al poder, y excluye la subida del 4% en el 2012.
Asimismo, Naim exagera radicalmente el déficit fiscal venezolano que,
según la medida estructural calculada por el FMI, es del 7,2% del PIB
en 2012. (El País, sin darse cuenta, resalta el error interesado de
Naim hoy al incluir en el mismo número este articulo sindicado y
traducido del inglés en el que Naim insiste en que “Venezuela posee
uno de los mayores déficit fiscales del mundo” y en la siguiente página
este artículo de Miguel Jimenez que se basa rigurosamente en los datos
del FMI para explciar que el “déficit (7,4% del PIB) y la deuda (51,3%)
han empeorado, pero siguen siendo manejables”. Nadie puede acusar la
base de datos del FMI de chavismo pero, ¿quién se atrevería a editar a
un tipo tan influyente en Washington y Madrid como Naim? En cuanto a
la observación de Naim de que Chavez ha devaluado el bolivar más del
900% en sus 14 años en el poder, Weisbrot pregunta si los estudiantes de
la aritmética entenderían cómo una divisa puede devaluarse el 900% sin
jamás llegar a cero. Evidentemente, el fuerte de Naim no es su
capacidad de análisis económica ni su dominio de los porcentajes. Pero
esto no le va a detener cuando se emplea en cinco frentes de “liderazgo
de opinión pública” desde multiples plataformas: El Pais, Foreign
Policy, Time magazine, o las cumbres de ricachones globales de Davos que
Naim, (al igual que Hausmann y Francisco González), jamas se pierde .
Lo cierto es que una deuda pública equivalente al 51% del PIB en
Venezuela, no solo es manejable sino sería un sueño imposible para
cualquier gobierno de la periferia de la zona euro. Es más, Venezuela
cuenta con 500.000 millones de barriles de petróleo en su subsuelo, las
reservas más grandes del mundo, y el modelo Chávez utiliza unos 1.000
millones al año. De modo que si el chavismo es pan para hoy hambre para
mañana, faltan 500 años hasta que los venezolanos se despierten con el
estómago vacío.
Si en España la sobreconstrucción de viviendas privadas sembró las
semillas del desastre, la construcción de más de 300.000 viviendas
sociales en Venezuela entre 2011 y 2012 ha impulsado la economía sin
crear una burbuja gracias al repunte del precio del petróleo. Se han
construido asimismo 22 universidades publicas en 10 años, elevando la
oferta de profesores de 65.000 a 350.000. La pobreza extrema ha caído
del 30% al 9% de la población. “La situación de la economía venezolana
es mucho más sostenible que la de España”, dijo Weisbrot, durante una
visita a Barcelona esta semana. “Siempre que se mantenga la estabilidad
política, Venezuela podrá sostener tasas robustas de crecimiento”. La
inflación sí es un problema, dice Weisbrot, pero ha caído del 28 al 23%
desde 2010 pese a una fuerte recuperación económica.
No es ninguna sorpresa que Hausmann y Naim sean tan pesimistas
respecto a la sostenibilidad del modelo económico chavista. Ambos -a fin
de cuentas- eran ministros de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y
Rafael Caldera antes de la llegada al poder de Chávez en 1999,
administraciones cuya gestión macroeconomica resultó ”verdaderamente
desastrosa”, segun me contó esta tarde Peter Hakim, analista del
Interamerican Dialogue de Washington. Hakim tampco es nada sospechoso de
“chavismo” . Es un experto veterano sobre América Latina que tiene
linea directa al Departamento de Estado . ”En los 25 años anteriores a
Chávez,, Venezuela registró los peores resultados económicos después de
Nicaragua”, recordaba ayer , en una conversación telefónica. “No es de
extrañar que Chávez se incorporase a la imaginación colectiva de los
venezolanos; la mayroría de baja renta supo en seguida que velaba por
sus intereses”.
En 1989, Andrés Pérez, siguiendo las recetas del FMI, aplicó el
llamado paquetazo con el fin de bajar una tasa de inflación, que
rebasaba entonces el 80%. La eliminación repentina de subvenciones sobre
los precios de alimentos, gasolina, la privatización de empresas
estatales y los durísimos recortes en sanidad y educación provocaron una
oleada de disturbios conocida como el caracazo , cientos de muertos a
manos de la policía y el putsch fallido de Chávez y otros militares de
izquierdas en 1992 que se produjo el 3 de febrero cuando Andres Perez
regresaba de la cumbre de Davos.
Andrés Pérez -intimo amigo de Felipe Gonzalez- justificaba los
ajustes del caracazo por el colapso del precio del petróleo en el
mercado internacional. Chávez, en cambio, jamás se rendía ante factores
exógenos. Una vez en el poder, puso fin a la política venezolana
(siempre pusilánime en aquellos años a las exigencias de Washington ) de
saltar las cuotas de la OPEP. La nueva disciplina productora en alianza
con los países petroleros de Medio Oriente (junto con la nueva demanda
de China) garantizaría el precio del crudo y la sostenibilidad del
modelo chavista.
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