El circo criminal de los desahucios en el país de los sobres

El circo criminal de los desahucios en el país de los sobres 

El circo criminal de los desahucios en el país de los sobresKaosenlared

Miércoles, 13 de Febrero de 2013

A la misma hora en que esos cuerpos asesinados descansaban en las morgues a la espera de la autopsia, el casposo y patético presidente del Parlamento Español, ordenaba a voz en grito la expulsión de Ada Colau y del resto de miembros de Stop Desahucios.
 
Después del suicidio-asesinato de estado del pobre Fran en Córdoba, la ola de crímenes se extiende. Un varón este fin de semana en Basauri, una pareja de ancianos en Mallorca y este lunes un hombre de 55 años ahorcado en Alicante, todos después de recibir la notificación de desahucio inmediato de sus viviendas. Datos que estremecen a la mayoría de la ciudadanía, a millones de personas, menos a la casta que gobierna este país y se reparte el pastel mierdoso del bipartidismo. Un intercambio vergonzoso de un botín construido sobre la muerte de miles de personas que no pueden más, que no aguantan la presión de una banca sanguinaria y corrupta, de un gobierno de maleantes y de una judicatura que no imparte justicia, solo sentencias injustas sobre los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
 
A la misma hora en que esos cuerpos asesinados descansaban en las morgues a la espera de la autopsia, el casposo y patético presidente del Parlamento Español, ordenaba a voz en grito la expulsión de Ada Colau y del resto de miembros de Stop Desahucios, indignados por la hipocresía y la burda manipulación del PP. Este personaje oscuro parece sacado de cualquier sainete de la represión franquista, al que se le notó demasiado su deje falangista. Sus bramidos rabiosos y exabruptos, emulando a sus admirados requetenes, montaron un espectáculo que dio la vuelta al mundo, contribuyendo a desprestigiar todavía más la vergonzosa promoción de su marca España, reprimiendo salvajemente a quien lucha por la justicia y la verdadera democracia.
 
Este circo nacional de la corrupción inunda los telediarios y el resto de los medios informativos. Salen y entran de los juzgados dirigentes del partido del gobierno, destacados empresarios de la patronal que también repartían sobres de dinero negro, ministras repijas pilladas infraganti por la policía con sus confetis, pegándose la vida padre a costa de regalitos procedentes de tramas mafiosas. Un show que traspasa fronteras y que recorre el mundo, mientras millones de personas en el estado español sufren desempleo, miseria, desamparo, hambre, desahucios y abusos de poder por parte de quienes deberían estar al servicio de su pueblo, tratando de solucionar sus problemas y generar seguridad, tranquilidad y que cada persona tenga cubiertas sus necesidades y derechos constitucionales, pero en cambio se dedican a ganar millones de dudosa procedencia, a evadir capitales, a privatizar la sanidad pública, a cargarse la educación y todo lo que nos ha costado años de lucha, sudor y sangre. Una calaña de guante blanco que tiene la caradura de pedirnos a la ciudadanía que hagamos sacrificios para levantar este vomitivo país. Una proposición indecente, que viene de una banda organizada de políticos y empresarios, que nos conducen de forma irremisible a la barbarie, a la miseria, a la espiral del hambre y la violencia, si no somos capaces de reaccionar y hacer una verdadera revolución.
 
Pero en esta esperpéntica tramoya no pueden faltar los periodistas cortesanos, aquellos que escriben o participan en los debates televisivos y radiofónicos, manipulando la realidad de los suicidios, del hambre, de los 3 millones de niños y niñas bajo el umbral de la pobreza, de las personas que mueren en los hospitales víctimas de los recortes. Siniestros tertulianos que hicieron una carrera tan hermosa para ponerse al servicio de la corrupción sistémica, tergiversar, emponzoñar, criminalizar a quienes nos salimos del plato de lo políticamente correcto, tratando de defender a los indefendibles que les pagan, trasmitiendo una realidad que ya casi nadie se cree, las millones de personas asqueadas que contemplan cada día los escándalos de corrupción político-empresarial, las muertes de sus vecinos y vecinas suicidadas, desesperadas por no aguantar más los chantajes bancarios, las tramas, los saqueos de un estado en manos de seres sin escrúpulos, que solo piensan en enriquecerse caiga quien caiga.
 
Nuestros muertos, nuestras muertas, quienes han tomado la decisión de acabar con sus vidas por no aguantar más la presión mafiosa, merecen que sigamos luchando, que no paremos hasta acabar con tanta depredación, con un gobierno cómplice de los corruptos vampiros internacionales del capital, que no les olvidemos nunca y que jamás perdonemos a los culpables de tantos crímenes, de haber convertido nuestras vidas en un sendero de empobrecimiento, tristeza, inseguridad y desesperanza.
 

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