Amedo presenta una grabación en la que Morcillo reconocería la muerte de Brouard
El Juzgado de Bilbo ha tramitado una
denuncia interpuesta por el exsubcomisario José Amedo contra Luis
Morcillo. Amedo ha presentado una grabación en la que, según publica hoy
‘El Correo’, el empresario confiesa ser el autor de los disparos que
mataron al militante independentista Santi Brouard.
Santi Brouard falleció el 20 de noviembre de 1984 en su
consulta médica de Bilbo. Lo mataron dos sicarios del GAL, que llegaron
hasta él simulando ser sus pacientes. Los pistoleros fueron Rafael López
Ocaña y Luis Morcillo.
Según publica hoy ‘El Correo’,
el exsubcomisario y miembro del GAL José Amedo habría interpuesto una
denuncia contra Luis Morcillo en el Juzgado de Bilbo, que estos días ha
sido tramitada.
Las mismas fuentes señalan que Amedo, absuelto en el caso Brouard por
falta de pruebas, ha presentado una grabación en la que Morcillo,
presunto sicario del grupo armado paragubernamental, reconoce que fue él
quien disparó contra el político independendista.
«Le di yo, le pegué otros cuatro tiros en el pecho»
El expolicía presentó un escrito el pasado 7 de noviembre ante el
Juzgado de Instrucción número 1, que desde el principio se encargó del
crimen. El texto de la denuncia que publica hoy ‘El Correo’ advierte de
que las grabaciones realizadas por Amedo supuestamente a Morcillo
«afectan directamente» a los «hechos que condujeron al atentado que
causó la muerte al Dr. Santiago Brouard Pérez».
Junto a ese documento se aportan las transcripciones de lo que serían
tres conversaciones grabadas con micrófono oculto. En la primera, con
fecha del 17 de febrero de 2011, Morcillo confiesa ser el autor material
del crimen.
Durante la conversación, Amedo pregunta al empresario «quién le pegó
un tiro» a Brouard. «¿Le pegaste tú los tiros a Brouard?», habría
preguntado Amedo. «Sí, sí», habría contestado Morcillo, para
posteriormente añadir: «Le di yo, le pegué otros cuatro tiros en el
pecho».
En la misma conversación se habla también sobre quién ordenó matar al
político independentista. «Sancristóbal fue el que organizó el tomate,
de primera hora estaba organizado por él», habría señalado el empresario
en alusión a Julián Sancristóbal, entonces director general de
Seguridad del Estado.
«Yo ahora mismo puedo decir: ‘Yo maté a Brouard y me ordenó hacerlo
el señor Sancristóbal’», habría insistido el industrial en la grabación
presentada por Amedo en el Juzgado de Bilbo.
López Ocaña testificó en su día que recibió tres millones de pesetas
por esa muerte. Se las pagó Morcillo, quien a su vez las habría recibido
del comandante de la Guardia Civil Rafael Masa. Ocaña apuntó también
que el dinero le llegó del director general de Seguridad del Estado,
Julián Sancristóbal. El caótico proceso judicial determinó que la muerte
de Brouard se decidió en las altas instancias del Estado, sea quien
fuere su responsable último, pues la X del GAL sigue sin tener nombre.
Sí que ha quedado patente y claro que la muerte del político vasco no
fue una vendetta parapolicial, sino que se utilizó para interferir en el
proceso negociador entre ETA y el Estado.
En agosto de 1984, José Barrionuevo había anunciado que «el Gobierno
está dispuesto a negociar la paz directamente con ETA donde quiera y
cuando quiera». Pero Brouard, entonces presidente de HASI, no creía en
la sinceridad del ministro de Felipe González y manifestó que su
propuesta era «burda». Pese a ello, las conversaciones se dieron entre
ambas partes. Y Brouard, mahaikide, jugaba un papel esencial. El médico
reconoció, días antes de que recibir el impacto de ocho balas, que
ejercía como intermediario para que Madrid hablara con ETA. Al final, se
decidió matar al mensajero.
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