Guerra y acumulación capitalista: Semántica, cosmética y genocidio*
Por Azalea Robles
La
paz con justicia social es un anhelo de los pueblos del mundo: sumidos
en la miseria, la explotación y la represión que constituyen una guerra
permanente contra el desarrollo social y la vida digna. El sistema
capitalista, cuya lógica es monopolizar las riquezas en pocas manos en
detrimento de las mayorías, constituye en sí mismo una forma de guerra
permamente. El gran capital implementa la guerra contra los pueblos; una
guerra económica que asesina cada día a 57.000 personas por hambre, el 90% de ellas son niños. Según el PNUD 10
millones de personas mueren cada año debido al hambre o las
enfermedades derivadas de la malnutrición; hay en el mundo más de 925
millones de personas que pasan hambre; y se produce comida más que
suficiente para todos los seres humanos [1]. Jean Ziegler expresa la dimensión de esta guerra contra la humanidad: “cada
cinco segundos, un niño de menos de diez años muere de hambre. 57.000
personas mueren de hambre cada día. 1.000 millones de personas son
gravemente invalidadas o sufren secuelas graves por desnutrición. La
agricultura mundial podría alimentar normalmente con 2.200 calorías
diarias a 12.000 millones de personas, y sólo somos 7.000 millones. No
existe una fatalidad objetiva en el hambre. Un niño que muere de hambre
es un niño asesinado. El problema no es la producción sino el acceso,
los precios. El hambre es pura violencia estructural, un orden caníbal del mundo." [2]
En
algunos puntos del planeta esta guerra económica implementada contra
las mayorías despojadas y empobrecidas alcanza su paroxismo más atroz:
son los lugares en que el gran capital acelera la fase de despojo y
saqueo, ejerciendo la piratería más arrolladora, respaldada por la
violencia de estados que le son funcionales, por la violencia de
ejércitos mercenarios, de guerras de ocupación. Este paroxismo
capitalista se plasma en países como Libia, el Congo, Irak o Colombia,
por nombrar algunos. En esta serie de textos trataré de plantear algunas
líneas de fondo para el necesario debate que es camino hacia una paz
verdadera, con justicia social. Parto desde la premisa de que el hambre
es guerra; la justicia social es paz... >>> sigue leyendo en azalearobles
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