Como es Primero de Mayo, un, dos, tres, responda otra vez: tú,
trabajador, trabajadora, ¿por qué no luchas por tus derechos? “Soy
precario, si protesto me despiden o no me renuevan”. “Necesito este
sueldo de mierda, no puedo arriesgarme a que me echen”. "Con lo que me
ha costado encontrar trabajo, y todo el paro que hay, calla, calla".
“Hay muy poca solidaridad, siempre habrá alguien que haga tu trabajo si
decides plantarte”. “Los sindicatos ya no sirven para nada”. “Las
huelgas son cosa del pasado”. “A mí que me cuentas, yo soy autónomo,
bastante tengo con lo mío”.
Así es. Muchos hemos asumido que la lucha obrera, el sindicalismo, la
solidaridad, la protesta, la negociación o la huelga son cosas del
pasado, un lujo que ya muy pocos trabajadores pueden permitirse.
Hasta que aparecen los técnicos de Telefónica-Movistar, y nos rompen los esquemas.
Trabajadores que están mal, muy mal, peor que la mayoría de nosotros.
Trabajadores que tienen todo en contra: sin vínculo con la empresa,
trabajando no ya para contratas, sino para subcontratas de las propias
contratas, forzados además a ser autónomos. Ve y háblales de precariedad a ellos,
contratados por horas, trabajando muchas más de las que cobran, sin
descanso. Ve y háblales de salarios de miseria a ellos, que encima de
cobrar poco están sometidos a penalizaciones, y obligados a pagarse
vehículo, gasolina, uniforme y hasta herramientas. Ve y háblales de
solidaridad y sindicalismo a un colectivo de miles pero atomizados en
innumerables subcontratas. Por si fuera poco, tienen enfrente a una de
las multinacionales más poderosas de España.
Y sin embargo, se han plantado. Están luchando por sus derechos.
Se han organizado en sindicatos. Sí, sindicatos. Han recurrido a la
huelga, esa que creíamos que ya no valía. Nada menos que una huelga
indefinida. Han creado cajas de resistencia. Y han encontrado
solidaridad, en otros trabajadores de Movistar, pero también en el resto
de la sociedad.
¿Por qué los trabajadores de Movistar pueden y nosotros no? ¿No quedamos
en que la lucha, la huelga, el sindicalismo, la solidaridad, eran un
lujo al alcance de una menguante aristocracia trabajadora? ¿Por qué las
luchas más radicales de los últimos años las están protagonizando
precisamente aquellos trabajadores que en peores condiciones están para
defender sus derechos? ¿Es porque ya no tienen nada que perder, porque
han caído tanto que solo les quedaba alzarse? ¿O quizás deberíamos
revisar nuestras convicciones?
Hoy son los de Movistar, ayer los de Coca-Cola (que mantienen el pulso
mientras la empresa no cumpla la sentencia), dentro de unas semanas los
trabajadores de recogida de basura
en Madrid. Son ráfagas, esporádicas, pero suficientes para iluminar y
hacernos ver que sigue siendo cierto el viejo lema: la única lucha que
se pierde es la que se abandona. Y tal vez hemos abandonado antes de
tiempo.
Mucha fuerza, ánimo y suerte a los trabajadores de Movistar en huelga. Y
nosotros, a presionar como clientes a Movistar, difundir su lucha y
llenarles la caja de resistencia.
[Artículo sobre la #ResistenciaMovistar de @IsaacRosa publicado en eldiario.es]
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