BARCELONA // Miles de personas salieron este miércoles a la calle
para pedir la revisión del caso 4-F y reivindicar que no se trata de un caso aislado. En una marcha festiva que no registró incidentes y que
estuvo controlada en todo momento por un fuerte dispositivo policial que
se dejó ver por el centro de Barcelona desde las primeras horas del
día, los manifestantes partieron de la plaza Universitat hasta llegar a
la plaza de Sant Jaume, frente al Ayuntamiento.
Se cumplían nueve años
de la madrugada del 4 de febrero de 2006 cuando se produjeron los hechos
que acabaron con un guardia urbano en estado vegetativo y cuatro
jóvenes en la cárcel.
La madre de uno de ellos, Rodrigo Lanza –que cumplió la pena más
prologada, de cinco años-, dio inicio a la manifestación recordando su
lucha por esclarecer la verdad de los hechos y agradeciendo la presencia
de los manifestantes y el trabajo del documental Ciutat Morta,
cuya emisión en el Canal 33 puso el foco público sobre el caso. “Mucha
gente me decía que lo dejase estar, que me volviese a casa”, recordó
Mariana Huidobro subida a una camioneta con la figura de una gran
manzana podrida que amenizó la marcha con música. Los convocantes de la
manifestación habían pedido a los asistentes que portaran imágenes de
manzanas podridas para revindicar que “no es sólo una manzana, es todo
el cesto”, como se pudo escuchar a lo largo de la protesta.
Huidobro también criticó que tras la emisión del documental la
atención mediática se haya centrado únicamente en quién pudo ser el
autor del lanzamiento de una maceta que hirió al policía, la tesis que
defiende la cinta. A su juicio se ha dejado de lado la denuncia sobre
los errores cometidos por el estamento judicial y político, o las
acusaciones de torturas por parte de la Guardia Urbana que realizaron
los jóvenes.
Pese a que la manifestación fue motivada por los interrogantes que
envuelven al caso 4-F, otros colectivos organizados contra la represión
policial unieron sus reivindicaciones al cántico de “desmontaje 4-F”.
Por ejemplo, el grupo de solidaridad con el Efecto Can Vies, que ha
denunciado medidas judiciales desproporcionadas contra las personas
detenidas durante los disturbios que siguieron al desalojo del centro
social ocupado en el barrio de Sants de Barcelona. También las putas indignadas, prostitutas que hace años que se manifiestan en las calles del barrio del Raval contra la presión policial.
También hubo espacio para recordar la muerte de Juan Andrés Benítez
en el Raval después de ser reducido por un grupo de Mossos d’Esquadra
–varios de ellos están hoy imputados por estos hechos- y la de Pedro
Álvarez, asesinado hace 22 años presuntamente a manos de un policía
nacional, que fue absuelto por “falta de pruebas concluyentes”. Alfon,
el joven vallecano condenado por tenencia de explosivos tras participar
en la huelga general del 14 de noviembre de 2012, también participó en
la protesta.
Cine Patricia Heras
Pese al intenso frio que hacía este miércoles en Barcelona, y varios
amagos de lluvia a lo largo de la tarde, miles de personas participaron
en una protesta en la que abundaron los lemas contra la policía. Uno de
los momentos más emotivos de la manifestación se produjo con el
rebautizo, por segunda vez, del antiguo Palacio del Cinema de la Via
Laietana, cerrado desde hace años, como cine Patricia Heras, en homenaje
a la joven que se quitó la vida tras su paso por la cárcel. Como ya
sucediera para el estreno del documental, que entonces llevaba por
nombre Desmontaje 4-F, ni olvido ni perdón, dos jóvenes se
encaramaron a lo alto de una escalera para dibujar la imagen de Patricia
y el nuevo nombre del espacio ante el aplauso emocionado de los
asistentes a la marcha.
Una vez en la Plaza de Sant Jaume, con el Ayuntamiento y la
Generalitat custodiados por vallas y agentes antidisturbios de los
Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana, la manifestación concluyó con un
minuto de gritos que pidió una de las amigas de Patricia Heras en
memoria de la poeta muerta.
Comentarios
Publicar un comentario