Vengo a contar la verdad,
soy poeta, no tengo remedio.
Vengo a contar la verdad de las uñas negras,
del musgo en las calaveras,
del olvido ciego,
de la vida sin valor,
del rastro que dejan
los cuerpos muertos
en las poetas comunes.
Porque la indiferencia mata igual que mata el verdugo,
igual que mata el imperio,
mata igual que mata el que remata
Esta es mi verdad,
pequeña y contundente:
El mundo mira el dolor y no se conmueve.
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