Redacción Canarias-semanal.org
Según
la organización Red Roja, la crisis general del capitalismo está reforzando los cambios en la dinámica de
la lucha de clases a escala mundial. En un reciente documento titulado "Acerca
de la necesidad de cambios fundamentales en el movimiento obrero", editado
por esta organización,(pueden leerlo mas abajo), se indica que la
evolución ideológica de la clase obrera y de sus organizaciones permanece
todavía muy por detrás del desarrollo de la crisis del sistema capitalista. Eso,
según el documento de Red Roja, provoca
que "la contradicción entre desarrollo económico y conciencia política nunca ha
sido mayor de lo que es hoy".
El Movimiento Obrero organizado que hoy se
necesita - mantiene Red Roja - "no puede circunscribirse a defender sólo a una
parte minoritaria y cada vez más pequeña de la clase obrera - las trabajadoras y
los trabajadores con derechos y salarios relativamente altos - contra la
ofensiva capitalista".
No
es un fenomeno nuevo sino que sucede hace ya mucho tiempo, el que la clase obrera ha dejado
de estar organizada, permanezca desempleada o tenga trabajo precario. Asimismo,
las sucesivas contrarreformas laborales han conducido a la lucha sindical a la
indefensión más absoluta y a escenarios de autentica clandestinidad.
En
su documento, Red Roja mantiene que el sindicalismo en su forma actual está
abocado a su destrucción. Y hay que dar por seguro que si no se producen cambios fundamentales en
su estructura y orientación la derrota de la clase obrera es segura.
Según
Red Roja, es altamente improbable que el sindicalismo en su formato actual
pudiera ser más combativo y estar en condiciones de rechazar el Pacto Social negándose a la colaboración de clase.
Según
indica el documento de esta organización, Red
Roja se ha comprometido de forma decidida a crear estas nuevas estructuras. Es - dice- lo que "la gente está demandando a gritos para
superar el descrédito de los sindicatos tradicionales, la dispersión del
sindicalismo alternativo y reconstruir la unidad de clase a fin de que sean eje
de la unificación de las más amplias luchas populares y les dé la necesaria
contundencia".
- Para leer íntegramente el documento de Red Roja "Acerca de la necesidad de cambios fundamentales en el movimiento obrero... VEA MAS ABAJO
**********
ACERCA DE LA NECESIDAD DE CAMBIOS FUNDAMENTALES EN EL MOVIMIENTO OBRERO
La crisis
general del capitalismo ha venido a reforzar sobremanera los cambios en la
dinámica de la lucha de clases a escala mundial que ya venía siendo afectada
por la propia situación de crisis político-ideológica del movimiento obrero
internacional.
La
evolución ideológica de la clase obrera y de sus organizaciones está todavía
muy por detrás del desarrollo de la crisis del sistema capitalista. La
contradicción entre desarrollo económico y conciencia política nunca ha sido
mayor de lo que es hoy.
El
movimiento obrero organizado que se necesita no puede circunscribirse a
defender sólo a una parte minoritaria y cada vez más pequeña de la clase obrera
-las trabajadoras y los trabajadores con derechos y salarios relativamente
altos - contra la ofensiva capitalista.
En
realidad, desde hace mucho tiempo, pero ahora aún más, es preciso hacer frente
al hecho crucial de que:
·
La inmensa mayoría de la clase obrera no está organizada.
·
¡La mayor parte de la clase obrera está desempleada o tiene un trabajo
precario.
·
Las sucesivas contrarreformas laborales han llevado a la lucha sindical a la
indefensión más absoluta y a escenarios de verdadera clandestinidad.
El
sindicalismo en su forma actual está abocado a su destrucción, y lo que es más
grave, la derrota de la clase obrera por el capitalismo es segura, si no se
hacen cambios fundamentales.
No
sería suficiente, además de altamente improbable, que el sindicalismo en su
formato actual fuera más combativo, rechazara el Pacto Social y se negara a la
colaboración de clase. Eso es necesario, pero es sólo una parte.
La otra fue ya abordada por Carlos Marx en el apartado
6 de la Instrucción
dirigida al I Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores
(septiembre de 1866)[1].
Se
reproduce el texto entero porque no tiene desperdicio y lxs trabajadorxs
tendríamos que sabérnoslo de memoria:
6. SOCIEDADES OBRERAS (TRADE UNIONS)
SU PASADO, SU PRESENTE Y SU PORVENIR
(a) Su pasado.
El capital es una fuerza social concentrada, mientras
el obrero no dispone más que de su fuerza de trabajo. Por consiguiente, el
contrato entre el capital y el trabajo jamás puede concertarse sobre bases
equitativas, equitativas incluso desde el punto de vista de la sociedad en la
que la propiedad sobre los medios materiales de existencia y de trabajo se
halla de un lado, y las energías productivas vitales, del lado opuesto. La
única fuerza social de los obreros está en su número. Pero, la fuerza numérica
se reduce a la nada por la desunión. La desunión de los obreros nace y se
perpetúa debido a la inevitable competencia entre ellos mismos.
Originariamente, las tradeuniones nacieron de los
intentos espontáneos que hacían los obreros para suprimir o, al menos,
debilitar esta competencia, a fin de conseguir unos términos del contrato que
les liberasen de la situación de simples esclavos. El objetivo inmediato de las
tradeuniones se limitaba, por eso, a las necesidades cotidianas, a los intentos
de detener la incesante ofensiva del capital, en una palabra, a cuestiones de
salarios y de duración del tiempo de trabajo. Semejante actividad de las
tradeuniones, además de legítima, es necesaria. Es indispensable mientras
exista el actual modo de producción. Es más, esta actividad debe extenderse
ampliamente mediante la formación y la unidad de las tradeuniones en todos los
países. Por otra parte, sin darse cuenta ellas mismas, las tradeuniones se
fueron convirtiendo en centros de organización de la clase obrera, del mismo
modo que las municipalidades y las comunas medievales lo habían sido para la
burguesía. Si decimos que las tradeuniones son necesarias para la lucha de
guerrillas entre el capital y el trabajo, cabe saber que son todavía más
importantes como fuerza organizada para suprimir el propio sistema de trabajo
asalariado y el poder del capital.
(b) Su presente.
Ocupadas con demasiada frecuencia en las luchas locales
e inmediatas contra el capital, las tradeuniones no han adquirido aún plena
conciencia de su fuerza en la lucha contra el sistema de la esclavitud
asalariada. Por eso han estado demasiado al margen del movimiento general
social y político. Sin embargo, últimamente, por lo visto, se ha despertado en
ellas la conciencia de su gran misión histórica, como lo prueban, por ejemplo,
su participación en el movimiento político de Inglaterra , la más amplia
comprensión de su función en los Estados Unidos y la siguiente resolución
adoptada en la reciente gran Conferencia de los delegados de las tradeuniones
celebrada en Sheffield:
«La conferencia, apreciando en su justo valor los
esfuerzos de la Asociación Internacional para unir con lazos fraternales a los
obreros de todos los países, recomienda encarecidamente a las distintas
sociedades representadas aquí que se afilien a dicha Asociación, con el convencimiento
de que eso contribuye esencialmente al progreso y la prosperidad de toda la
comunidad obrera».
(c) Su porvenir.
Aparte de sus propósitos originales, deben ahora
aprender a actuar deliberadamente
como
centros organizadores de la clase obrera ante el magno objetivo de su completa
emancipación. Deben apoyar a todo movimiento social y político en esta
dirección. Considerándose y actuando como los campeones y representantes de
toda la clase obrera, tienen el deber de llevar a sus filas a los obreros no
asociados (non-society men). Deben preocuparse solícitas por los obreros de las
ramas más miserablemente retribuidas, como, digamos, de los obreros agrícolas,
que, vistas las circunstancias excepcionales, se ven privados de toda capacidad
de acción. Las tradeuniones deben mostrar a todo el mundo que no luchan por
intereses estrechos y egoístas, que su objetivo es la emancipación de los
millones de oprimidos.
Subrayamos
el apartado en el que Marx diseña el porvenir de las sociedades obreras porque
está especialmente vigente en estos momentos caracterizados en cuanto a la
actividad del movimiento obrero por:
·
La persecución sindical de la patronal, especialmente ante los intentos de
organización y movilización en aquellos sectores donde se intensifica la
explotación y el empleo precario es masivo. El despido es casi seguro para
quien inicia alguna protesta.
·
La imposibilidad práctica de conseguir victorias y la consiguiente extensión de
la moral de derrota preventiva y generalizada. Las duras y ejemplares luchas
que se realizan, como la de limpiezas y jardines en Madrid, considerada
legítimamente victoriosa, apenas alcanzan a reducir o, en el mejor de los
casos, anular los despidos, mientras se imponen rebajas salariales y/o
alargamientos de jornada.
·
La corrupción y las traiciones frecuentes de las burocracias sindicales son
aprovechadas por la ideología dominante para desanimar cualquier tipo de
organización, constituyéndose en el más poderoso arma de destrucción masiva de
la conciencia y la organización de clase.
·
La percepción de que la unidad es nuestra única fuerza y que ha de expresarse a
nivel de clase, más allá de la empresa o del sector de la producción. Las
movilizaciones y la presión sobre la patronal pueden realizarse, y en muchos
casos constituyen la única posibilidad de ser llevadas a cabo, por compañeras y
compañeros de otras empresas o del barrio. Ante la estrategia de
criminalización y represión por parte del capital y los gobiernos, es vital la
extensión de la solidaridad, más allá de la empresa.
·
A medida que se profundiza la crisis capitalista, mayor y más clara es la
lección que van obteniendo las trabajadora y los trabajadores tras cada lucha:
que estamos en un callejón sin salida y que, en suma, seguiremos en él mientras
no destruyamos el capitalismo.
En
base a esto, los comités obreros contra la crisis que comienzan a surgir en
algunos lugares responden antes que nada a la obligación del movimiento obrero
de relacionarse correcta y eficazmente con el movimiento político-social que
hoy alimenta la profunda crisis capitalista que padecemos. En este sentido, son
la concreción en los centros de trabajo de un embrionario poder popular llamado
a desarrollarse también en los centros de estudio y, principalmente, en los
barrios. Responden al estadio actual de crítica obrera y popular hacia lo que
está pasando y a la necesidad de pasar
de la mera indignación a la organización de la misma para que
tome fuerza, eficacia y, en definitiva, proyección
de victoria. De ahí que algunas características claves que
tienen estos comités obreros contra la crisis sean:
1.
Las y los trabajadores integran los comités obreros, independientemente de si
están afiliados o no, o a qué sindicato.
2.
Son organizaciones que van más allá de la empresa o del sector. Se estructuran
a nivel de clase. Por ejemplo, se da el caso de que el comité obrero surgido en
una determinada empresa vaya a explicar la situación en la que están y sus
luchas en un acto en un instituto en el que se ha constituido recientemente
otro comité.
3.
Tienen una clara dimensión política común, identificando el pago de la deuda impuesta por la UE
y la oligarquía financiera euro-alemana a los pueblos de la periferia europea
como el responsable directo de la actual destrucción de derechos laborales y de
prestaciones sociales. Así mismo denuncian las estrategias de las burocracias
sindicales y el colaboracionismo de clase impuesto desde la Transición, como
las causas internas principales de la debilidad y desestructuración del
movimiento obrero.
4.
Surgen con voluntad decidida de integrarse con las luchas y la solidaridad
obrera y popular. Por lo tanto se articulan en
el centro de trabajo, en
el centro de estudio o en
el barrio, siendo este último el crisol en el que se funden todos ellos.
Red
Roja está colaborando decididamente a crear estas nuevas estructuras porque
está convencida de su necesidad y porque es lo que la gente está demandando a
gritos para superar el
descrédito de los sindicatos tradicionales, la dispersión del sindicalismo
alternativo y reconstruir la unidad de clase a fin de que sean
eje de la unificación de las más amplias luchas populares y les dé la necesaria
contundencia.
Diciembre
de 2013
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