“Blanco bueno busca negro pobre”: Una crítica demoledora a las ONG
Ha caído en mis manos un material que está haciendo replantearme la
(hasta cierto punto) idílica visión que tenía de las ONG y los
organismos de cooperación al desarrollo: “Blanco bueno busca negro
pobre”, del antropólogo Gustau Nerín. Dicho autor, gran conocedor del
continente africano, realiza una crítica demoledora (no deja títere con
cabeza) a estos organismos cuyo reconocimiento
social está muy por
encima del de partidos políticos y sindicatos, por ejemplo. Ni siquiera
los cooperantes y voluntarios se salvan de la cruda desmitificación
practicada por Gustau, aunque de entrada aclara que su intención no es
criticar a esta gente, ya que “entre ellos hay personas competentes y
generosas, así como incompetentes y malévolas, como en cualquier
profesión”.
Algunas tesis perturbadoras que podremos encontrar en el libro:
- La cooperación al desarrollo en África ha sido y es la historia de
un fracaso. El número de proyectos abandonados es elevadísimo:
ordenadores muertos de risa por falta de electricidad, vacunas que se
estropean por no haber sistemas de refrigeración, guarderías en ruinas
sin niños…
- Lo que realmente importa es la cooperación, no el desarrollo. Hacer
algo, lo que sea, por encima de consideraciones de viabilidad o
rentabilidad social.
- Las ONG ocultan a sus donantes la información referente al
desarrollo de los proyectos financiados con su dinero. El donante está
interesado en saber que se ha iniciado la construcción de una fuente en
un poblado selvático, pero no quiere saber si esa fuente se ha secado
por falta de mantenimiento.
- Las ONG compiten salvajemente entre ellas por la captación de
fondos. Por ello, utilizan una publicidad impactante, emocional
(recurriendo incluso a “pornografía” humanitaria). Se muestran imágenes
de pobreza y devastación… transmitiendo además la idea de que los
africanos son irresponsables e incapaces de gestionar sus propios
problemas.
- La publicidad de las ONG oculta cualquier referencia a que el Norte
explota al Sur, enfocándose en la distorsionada idea de que el Norte
ayuda al Sur y los segundos se muestran súper agradecidos y contentos
por tales ayudas.
- “En Occidente la cooperación genera mucha autocomplacencia, tanto
por parte de aquellos que colaboran con sus donativos a la ayuda
internacional como de aquellos que se limitan a verlo en los anuncios.
Se sienten orgullosos de la tarea de las ONG y por lo general no están
nada avergonzados de la política exterior de sus países de origen.”
- Y mucho más… para saber más del asunto os remito al libro o a los links que aparecen más adelante.
Creo que no es bueno mantener en el imaginario colectivo una imagen
tan edulcorada de la cooperación internacional y de las ONG, por eso nos
viene tan bien el trabajo del señor Nerín. Aunque tampoco hay que
dejarse llevar en exceso por sus arremetidas y pasar del blanco al negro
(¿o debo decir del negro al blanco?) por unos cuantos textos críticos.
¿O quizás existen motivos fundados para posicionarnos en el extremo más
negativo?…
Si queréis tener una visión general de la crítica contenida en
“Blanco bueno busca negro pobre”, recomiendo que leáis (gratuitamente,
of course) la introducción y el capítulo primero, por cortesía de la
editorial: Introducción y capítulo primero de “Blanco bueno busca negro
pobre”. Y si os da pereza leeros el texto anterior, echad por lo menos
un ojo a este artículo que habla sobre el libro: Una crítica a los
actores de la cooperación: Blanco bueno busca negro pobre.
sindinero.org/blog
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