¿A la cárcel por reivindicar los derechos laborales en la sede de la patronal?. PIDEN UN AÑO DE PRISIÓN PARA LAS MUJERES DE INTERSINDICAL QUE DESPLEGARON UNA PANCARTA EN LA CCE
Por Arturo Inglott - Canarias-semanal.org
El pasado 13 de
marzo, la magistrada titular del Juzgado de Instrucción Nº 8 de las Palmas de
G.C., María Victoria Rosell, decidía procesar a cinco sindicalistas de
Intersindical Canaria que, el 8 de marzo de 2012, en la conmemoración del Día
Internacional de la Mujer, protagonizaron una protesta pacífica consistente en
desplegar una pancarta con el lema "Mujeres de Canarias contra la Reforma
Laboral" en las oficinas de la Confederación Canaria de Empresarios. La
juez - miembro destacada de la Asociación "Jueces
para la Democracia" - encausó también al colaborador de Canarias Semanal
Cristóbal García Vera, por cubrir periodísticamente el acto reivindicativo
filmándolo en vídeo.
De esta forma, Rosell
estimaba la denuncia presentada por el lobby empresarial de
Las Palmas,
considerando que existían indicios de que las activistas sindicales habían
cometido un presunto delito de "allanamiento de morada" y una “falta
de lesiones”; y García Vera había incurrido en otro delito “contra la intimidad
y la propia imagen” de los trabajadores
de la CCE. Tras el auto dictado por María Victoria Rosell, transformando las diligencias previas que se
seguían por estos hechos en un procedimiento abreviado, las actuaciones pasaron
a manos del fiscal Miguel Pallarés Rodríguez. El responsable de decidir si,
finalmente, se procedía a la apertura de juicio oral contra los imputados o, en
caso contrario, de archivar el caso.
SOBRESEIMIENTO
PROVISIONAL DE LAS ACTUACIONES CONTRA EL COLABORADOR DE CANARIAS SEMANAL
El 16 del presente
mes, Pallarés Rodríguez emitía su pronunciamiento oficial al respecto. En el
caso del colaborador de Canarias Semanal - y contrariamente a los
"indicios" apreciados por la juez Rosell-, el fiscal encargado del
proceso ha dictaminado "el sobreseimiento provisional de las presentes
actuaciones, al entender que no existe base probatoria suficiente
para sostener la acusación contra el imputado Cristóbal García Vera".
Según Miguel Pallarés
"de lo actuado se pone de
manifiesto que esta persona no actúa movida por ninguna de las finalidades que
ha de perseguir el aturo del delito que podría imputarse del artículo 187,
descubrir los secretos o vulnerar la intimidad". Y "su objetivo es informativo, dar cuenta de la actuación de
una trabajadoras sindicalistas…".
Además, el fiscal
considera que "teniendo en cuenta que la grabación realizada por éste fue
remitida a los medios de comunicación se pone de manifiesto que, en el presente
caso, cabe primar el derecho a informar y difundir información que, en su caso,
la posible vulneración del derecho a la intimidad ya que las imágenes fueron
captadas en el centro de trabajo abierto al público...".
¿ALLANAMIENTO DE UN "CENTRO DE TRABAJO ABIERTO AL
PÚBLICO"?
Paradójicamente, pese
a calificar la CCE como un "centro de trabajo abierto al público" el
fiscal Pallarés ha dictaminado la apertura de juicio oral contra las cinco
sindicalistas, acusándolas de un delito de "allanamiento de domicilio de
persona jurídica, previsto y penado en los arts. 203.2 del C.P".
En su relato de los
hechos, basado en la instrucción de la magistrada Rosell, Miguel Pallarés
señala que las sindicalistas, "movidas por un interés de protesta y
manifestación contraria a la reforma laboral", entraron
"pacíficamente" en la sede la Confederación Canaria de Empresarios
con la intención de desplegar una pancarta desde una de las ventanas del
edificio.
Posteriormente, el
fiscal expone que las sindicalistas "fueron interceptadas por las personas que allí
trabajaban, quienes les manifestaron su oposición a que permanecieran en las
dependencias y desplegaran la pancarta".
"A pesar de la fuerte resistencia de estas personas, incluso superando
la oposición de quien llegó a coger la pancarta
-continúa Pallarés - lograron zafarse, consiguiendo su propósito".
Por otro lado, el
fiscal desestima la denuncia presentada por este último trabajador que trató de
impedir la consecución del acto reivindicativo y, posteriormente, manifestó que había sido
"lesionado" por las sindicalistas, presentando "excoriación (rozadura) en un antebrazo".
"No ha quedado suficientemente acreditado
-asegura Pallarés - quién, de las
acusadas, causó dichas lesiones y no ha quedado acreditado que el ánimo que
movía a las acusadas fuera lesionar, sino vencer su resistencia para poder
llevar a cabo la protesta".
Sin embargo, y
contrariamente a lo que cabría esperar de la inocuidad de los hechos narrados
por el propio fiscal, éste dictamina que "procede imponer a cada una de
las acusadas las penas de UN AÑO DE PRISIÓN,
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el
tiempo de condena y abono de las costas".
CON EL INJUSTIFICABLE SILENCIO DE LA MAYORÍA DE LAS
ORGANIZACIONES DE IZQUIERDA DEL ARCHIPIÉLAGO
"Creo que salta
a la vista para cualquiera la injusticia del caso. Mientras los banqueros,
empresarios y políticos corruptos campan por sus respetos se pretende mandar a
la cárcel a unas mujeres solo por reclamar sus derechos en la sede de la
patronal" -manifiesta al respecto a Canarias Semanal un viejo sindicalista que
en su día pudo comprobar la dureza de las cárceles franquistas-.
“El objetivo que se
pretende conseguir criminalizando la protesta social -añade este veterano luchador – también es
evidente: amedrentar a la gente para que nadie se atreva a levantar la cabeza
ante los terribles atropellos que están sufriendo las clases trabajadoras en
las Islas y en el conjunto del Estado”.
“Solo hay una manera
de resistir a estos ataques, y a los que están por llegar, mediante la
solidaridad masiva y activa. Si esta solidaridad no existe -concluye
convencido- estamos todos condenados a sufrir la nueva servidumbre que se nos
pretende imponer”.
Hasta el momento en
que redactamos las presentes líneas, no obstante, el caso de las cinco
sindicalistas procesadas ha sido recibido con el más sonoro de los silencios
por parte de la mayoría de las organizaciones de la izquierda canaria.
Solamente se han pronunciado al respecto, para expresar su apoyo a las encausadas,
la formación eco-socialista tinerfeña Sí se puede y el Frente Sindical Obrero
de Canarias (FSOC).
Pareciera, pues, como
si los restantes sindicatos, partidos políticos y colectivos ignorasen las más
elementales obligaciones morales de aquellos que dicen estar comprometidos con la causa
de la emancipación social. Absoluta y terrible
actualidad, en suma, la que continúan teniendo aquellos célebres versos que
advierten sobre el final que puede reservar el sistema a quienes prefieren
mirar hacia otro lado, con la esperanza de mantenerse a salvo de su represión:
"Primero
vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego
vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego
vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego
vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego
vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
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