Un héroe africano: Amílcar Cabral, el visionario
Boltxe kolektiboa
Fundador del Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau
y Cabo Verde (PAIGC), Amílcar cayó abatido en las oficinas de esa
organización en Conakry, capital de la vecina República de Guinea,
cuando preparaba una decisiva etapa de la lucha emancipadora.
El máximo dirigente del PAIGC no sólo fue un eminente estratega en
el enfrentamiento al régimen portugués, sino igualmente un lúcido
pensador; sus ideas y escritos rebasaron el marco local y abarcaron el
ámbito continental.
Es considerado un estudioso de la realidad política y social de
Africa; sus análisis le llevaron a desentrañar la naturaleza de los
problemas que acuciaban al continente, originados por el sistema
esclavista primero y el posterior régimen colonial.
Armado de esa fortaleza ideológica, expuso la situación de Africa y
del pueblo guineano y caboverdiano en las más diversas tribunas. En 1966
participó en la Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana, un
evento que reunió a importantes líderes del Tercer Mundo.
Portugal llegó a Guinea Bissau y al archipiélago de Cabo Verde,
situado a 300 kilómetros de las costas occidentales, en el siglo XV. La
trata de esclavos se extendió hasta 1840 en ambos territorios y le
siguió la colonia.
La presencia portuguesa jamás fue aceptada de manera pacífica, de
distinta forma se hizo resistencia al ocupante extranjero: primero se
luchó por reformas y después por la independencia. El movimiento de
liberación ganó más fuerza tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
PASOS INICIALES
Amílcar Cabral nació el 12 de septiembre de 1924 en Bafatá, un
modesto pueblo no lejos del cuartel de Babadinca, la mayor instalación
militar del ejército portugués en el Frente Este; se graduó en la
especialidad de agronomía y bien temprano mostró rechazo al dominio
colonial.
Desde 1954 la idea de vertebrar la lucha anticolonial en Guinea
Bissau y las islas de Cabo Verde tomó cuerpo. El joven agrónomo despuntó
como el guía principal de ese movimiento que aglutinó a hombres
decididos a romper el yugo colonial.
El 19 de septiembre de 1956, Amílcar, junto con un pequeño grupo de
compañeros, celebró una reunión secreta en la que se fundó el PAIGC, que
llevaría el peso de la lucha armada contra el colonialismo.
La organización desarrolló inicialmente sus actividades en los
centros urbanos y más tarde la extendió a las zonas rurales; la
obstinación de las autoridades lusitanas, de mantener el obsoleto
sistema colonial, no dejó otro camino que la insurrección.
El 3 de agosto de 1959 comenzó la lucha de liberación nacional. En
esa oportunidad, obreros del muelle Pidjiguití, en el puerto de Bissau,
decretaron la primera huelga organizada por el PAIGC.
Policías, militares y residentes colonialistas se enfrentaron a los
manifestantes y dispararon contra ellos, causando 50 muertos y más de
100 heridos.
Al mes siguiente, el 19 de septiembre de 1959, tuvo lugar una
conferencia clandestina que planteó la preparación de la lucha armada y
la politización de las zonas rurales.
Amílcar y demás dirigentes del PAIGC, sacando lecciones de la
matanza de Pidjiguití decidieron pasar a la acción directa, y en 1961,
en ocasión de celebrarse el segundo aniversario de la masacre obrera,
realizaron las primeras acciones guerrilleras, acompañadas por actos de
sabotaje a empresas portuguesas.
Desde 1964, fecha en que tuvo lugar en las zonas liberadas del sur
el primer Congreso del PAIGC, la lucha entró en una nueva etapa de
progreso en todos los campos con la creación de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias del Pueblo (FARP), y de centros de enseñanza para educar
a los niños y los jóvenes.
Frente a la acción revolucionaria, el régimen colonialista
incrementó sus efectivos militares y desató una mayor represalia en las
zonas urbanas; el PAIGC anunció en 1966 que había liberado más del 50
por ciento del territorio.
En esa oportunidad las fuerzas coloniales alcanzaron la cifra de 25
mil hombres, que significaban 25 veces más que en 1961. La lucha
adquirió un nuevo cariz; el PAIGC pasó a la ofensiva y los grupos
guerrilleros se transformaron en ejércitos regulares con el empleo de
morteros, cañones y basukas.
LA GRAN OBRA
En los momentos en que cayó asesinado Amílcar, preparaba
minuciosamente lo que se denominó el acto más importante en la vida
política del país, la proclamación del Estado de Guinea Bissau en las
zonas liberadas de Madina Boé.
Estimaba que ese acto elevaría la lucha independentista a un nuevo
nivel que obtendría el reconocimiento de numerosos países de Africa y
otras zonas del mundo, al considerarse a Guinea Bissau un estado libre
con una parte de su territorio ocupado por fuerzas coloniales
extranjeras.
Esa estrategia dio sus frutos: el 24 de septiembre de 1973, el mismo
año de la muerte de Amílcar, se proclamó el Estado de Guinea Bissau,
reconocido de inmediato por países africanos, de Asia y América Latina.
La desaparecida Organización de la Unidad Africana (OUA) celebró una
reunión extraordinaria en su sede de Addis Abeba, en la que dio la
bienvenida a Guinea Bissau como el país miembro número 42 de esa
colectividad.
Fue un golpe político efectivo, que causaría posteriormente el
colapso del colonialismo en Guinea Bissau y Cabo Verde. Cinco siglos de
dominio portugués finalizaron. Amílcar Cabral quedaría como Héroe
Nacional, y su nombre inscrito junto al de otros próceres
independentistas de Africa.
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